1 jul 2013
Consejos para guionistas: Historia de la historia y el discurso
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26 jun 2013
Consejos para jóvenes guionistas: Veracidad y Verosimilitud
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28 feb 2013
Escritura del guion: Una estructura
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18 feb 2013
El formato adecuado: ¿Cómo hacer un guión cinematografico?
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13 feb 2013
Cómo escribir un guión - Modelo problema-solución
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7 feb 2013
Trucos de guionismo: Red Herrings y macguffins
Están dos hombres parados frente a un artefacto extraño. Uno le pregunta al otro que qué es eso. El segundo responde: "Es un macguffin. Es una herramienta para cazar leones en la montañas". "Pero en las montañas no hay leones", dice el segundo. "Ah bueno, pues entonces no es un macguffin".
Aunque la palabra tiene sus raíces en ese chiste medio menso de arriba, su uso en términos cinematográficos fue utilizado por primera vez por Alfred Hitchcock como una forma de describir un elemento cuya única función es distraer al público de la trama central. En términos generales, es un elemento (comúnmente un objeto físico, aunque también puede ser una persona) que sólo sirve para avanzar la trama, sin afectarla de manera importante, y en muchos casos, que ni siquiera volvemos a ver. Puede ser, por ejemplo, el maletín que todos quieren, pero nunca sabemos por qué. Es decir, el valor o función de la "cosa" en cuestión es irrelevante, lo único que nos interesa es que todos los personajes lo quieren. Ahora, lo que hay que recordar, es que el simple hecho de que "todos lo quieran", no lo convierte en un macguffin. Sólo es macguffin cuando no tiene una influencia directa sobre la trama.
Los ejemplos clásicos, son los que seguramente ya se están imaginando: El maletín de Pulp Fiction (o el de Ronin); el diamante de Titanic y la caja de FedEx de Tom Hanks en CastAway. Ayudan a avanzar la trama sin pedirte que te enfoques demasiado en ellos.
El red herring es similar pero con una diferencia crucial: este sí afecta la trama, al grado de que te lleva en una dirección completamente diferente a la respuesta verdadera. Me explico: Es un elemento que causa una desorientación completa. Aunque existen varias teorías sobre el origen del término, una de las más populares es que algunos fugitivos utilizaban el olor fuerte de este pescadito (en español: arenque), para distraer el olfato de los perros policiacos. En esencia, te distraen del objetivo del escritor.
Un buen red herring está completamente entretejido a la trama y no es sino hasta el final que nos damos cuenta que en realidad no era nada y su única intención fue alejar la atención del público de lo que realmente importaba. Los programas policiacos y de investigación son expertos en esto. Un buen ejemplo, puede ser cuando la esposa del asesinado (quien la engañaba con su secretaria) no tiene una coartada. Inmediatamente pensamos que ella es la asesina. Pero resulta que su falta de coartada era un red herring, porque en realidad la esposa, al momento del asesinato, estaba también engañando a su esposo con alguien, pero simplemente no quiso divulgar esa información hasta ahora. Pero, resulta que la infidelidad del esposo sí fue lo que lo terminó matando, porque al final nos enteramos que el asesino fue el esposo de su secretaria. Y así, el tema de la infidelidad es introducido con buena razón, y no solamente para distraernos.
Algunos ejemplos:
-En 12 monos. Bruce Willis y los científicos de su tiempo leyeron "We did it!" y ya todos nos creímos que los responsables del apocalipsis fueron los miembros del "Ejército de los 12 monos", ¿no?
-En El código Da Vinci, Dan Brown incluso nombró a su red herring con la traducción literal al italiano de esas palabras: Cardenal...Aringarosa. (No, a Dan Brown no se le da ser sutil)
-Y, a veces, el truco sólo es para nosotros, el público: Hitchcock abre Psycho con Marion Crane robándose $40,000 dólares y huyendo de su oficina. La idea es que creamos que la cinta es sobre ella y quizá sobre la gente que la busca para recuperar el botín. Pero no. El personaje principal no es quien creíamos y la película trata de algo completamente diferente.
-La fotografía de Emma Watson que ilustra este post.
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24 sept 2012
¿Qué somos, a la luz de los personajes que creamos o padecemos?
Para el personaje rige un sistema de excepciones, y lo que para la persona común se sitúa en el rango de lo prohibido, para el personaje se ubica dentro de esa normativa especial que lo define: así, más de un personaje político vive exonerado de ciertos compromisos con la verdad (no miente, hace política) y muchos intelectuales personajes se encuentran exentos de cumplir sus compromisos, porque son locos y artistas. El grupo de los demás, los no personajes, sanciona la anomalía y la convierte en virtud.
Lo interesante del estudio de Castilla del Pino estriba en el descubrimiento de una relación bidireccional entre el personaje y el grupo humano que lo sustenta: el personaje es tolerado en su excentricidad al costo de cumplir fielmente con las demás das que su rol impone; el grupo realiza sus fantasías a través del personaje y éste alimenta su narcisismo capitalizando la atención de los miembros del colectivo. El personaje es, pues, una suerte de espejo del grupo en cuanto actúa sus añoranzas, delimita —a través de la excepción— un universo deconductas posibles y afirma,con su mera existencia, la necesidad grupal, de erigir un modelo de admiración. Más de un político personaje subsiste por la gracia de un voto que subordina la realidad de su corruptela a su simpatía de personaje. Más de un intelectual personaje se perpetua en la abulia, congelado en la estatua de personaje con que lo investimos. Desaparecida la necesidad de grupo, el personaje se transforma o se desvanece, dando lugar a otros personajes requeridos por nuevos tiempos.
¿Cómo son nuestros personajes? Muchos políticos, algunos artistas, unos cuantos intelectuales y/o pensadores son elevados cada cierto tiempo a la categoría de personajes. La televisión es una máquina de fabricar personajes. La construcción y descontrucción de personajes forma parte de una dinámica social en la que circulan los valores que nos definen. Quizas esta misma dinámica —como lo llega a sugerir Castilla del Pino— se extiende hasta las heroínas de nuestras perennes telenovelas o hasta los personajes fallidos de (o reclamados por) la literatura o el cine. Hay una manera de verse que consiste en explorar las imágenes que complementan nuestra identidad, imágenes en las que depositamos parte de nuestras fantasías, de nuestros defectos y posibilidades. Viendo lo que sólo vemos en estos seres excepcionales, quizás podríamos advertir nuestras propias limitaciones, nuestros mitos y, quizás, nuestras potencialidades.
(1) Teoría del personaje. Carlos Castilla del Pino.
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28 jul 2012
Escritura: Por que los guiones no tiene que ver con la realidad

Que un guión tenga estructura —que cualquier discurso tenga estructura— quiere decir 1) Que habla de una diferencia, de una distinción, de un contraste 2) Que le confiere un valor a esa diferencia o contraste 3) Que el guión, además, habla de esa diferencia en un cierto sentido 4) Y que todo esto lo hace para persuadir a alguien. La diferencia de la que habla un guión es lo que comúnmente se llama su tema y tiene que ver con el significado del guión, con lo que el guionista quiere decirle al mundo. El valor que el guionista le confiere a esa diferencia o contraste semántico, es la premisa que quiere compartir, su visión moral, política o filosófica de la vida. El cierto sentido con el cual el guionista busca compartir su discurso es el género: un guionista puede hablar de lo humano y lo divino, ya sea entre copas y lágrimas, o muerto de la risa. El afán de persuadir a los demás encarna, por último, lo que se conoce como la estrategia narrativa, ese ejercicio de la retórica que los manuales norteamericanos llaman comúnmente “la estructura”.
A ver si me explico:
Sobre la diferencia, la distinción o el contraste. Escribir con estructura significa restringirse voluntariamente a la cárcel semántica que impone un único contraste entre sentidos opuestos. En otras palabras, un guionista estructurado habla sólo de muy pocas cosas (aunque debe hacerlo con profundidad). Si escojo como protagonista de mi comedia romántica, pongamos el caso, a una indocumentada y si decido que su interés amoroso sea un funcionario del servicio de inmigración, es porque quiero hablar del contraste entre lo “legal” y lo “ilegal”y ese contraste semántico condicionará todo mi discurso. Si, por el contrario, llevo a cabo esa misma escogencia tan solo para que la indocumentada y el funcionario se queden atrapados en un ascensor y discutan sus gustos culinarios a lo largo de toda mi película, termino sin decir nada, porque mi guión no tiene estructura. El primer plano que sugiere un guión en su primera escena es, en este sentido, una condena, debería serlo: la imagen de un indigente que mira hacia la torre empresarial, de una novicia que observa cómo los novios sentados en el banco del parque se comen a besos, o de un niño que calla mientras todos ríen, establecen diferencias, instituyen distinciones, constituyen inescapables cárceles de significación que condicionan el guión in extenso. Del contraste o de la oposición semántica nacen, además, dos elementos esenciales del drama: en primer lugar el conflicto (el conflicto entre el mundo del indigente y el mundo empresarial, entre la novicia solitaria y el mundo de los que se comen a besos, el conflicto del niño que añora una sonrisa y el mundo impío que lo rodea). Del contraste nace, en segundo lugar, el viaje dramático, porque toda historia es un tránsito entre los dos términos de una oposición: de la pobreza a la opulencia, del aislamiento a la compañía, de la tristeza a la alegría. Corolario: Dime de cuál contraste hablas y te diré qué escribes.
Sobre el valor. Hay quienes creen ingenuamente que puede “expresarse artísticamente” y evadir las valoraciones. Sin embargo, todo decir implica una valoración, así sea en virtud del acto locutorio mismo. La idea de que la verdadera inspiración “artística“ prescinde de las valoraciones suele obedecer una pose trasnochada (y se topa con una paradoja: nadie habla para no decir nada, porque decir equivale a valorar). De manera que cuando se escribe un guión, tarde o temprano, el guionista se topa con las preguntas: “¿Qué creo o pienso yo de esto?”, “¿Cómo lo valoro?” La estructura es, en segundo término, construcción para la valoración y, en particular, edificación para la argumentación. Si escojo un contraste —el indigente frente al empresario, la risa cantarina frente a la mueca de disgusto— tomo partido. Y es que no hay manera de no tomar partido, así sea cuando se toma partido para postular que no se debe tomar ningún partido.
Corolario: Llámese premisa, idea controladora o lo que sea, un guión es un subterfugio para emitir una valoración (valoración que, muchas veces, ni siquiera es consciente o racional, sino inconsciente o pulsional). De paso: la estructura de un guión muchas veces se erige desde esa valoración: si quiero decir que la vida valdrá la pena sólo cuando todos los niños solitarios puedan disfrutar de una sonrisa, es posible que la estructura de mi guión no sea otra cosa que el camino que conduce convincentemente hasta la valoración de esa sonrisa.
El sentido. Un error frecuente entre escritores nóveles —o ingenuos —consiste en creer que la realidad “habla por sí sola”. La “realidad“ que construye un guión, sin embargo, nace de un sentido construido, de un sentido que se funda en la estructura. ¿Qué la vida es bella? Lo es, en un sentido. ¿Qué la vida es trágica? Lo es, en otro sentido: de allí nacen la comedia y la tragedia. El asunto es que el sentido se tramita en un acuerdo con el espectador y, en el cine, ese acuerdo proviene, en buena parte, del género. Dicho de otro modo, si bien la realidad no se inscribe en algo parecido a un “género”, los guiones (y todos los discursos), necesitan de los géneros (a pesar de que algunos guionistas crean que su obra “trasciende” o está “más allá”de cualquier género). El conocimiento del género es para el guionista, lo que el conocimiento del contexto es para un hablante cualquiera en la comunicación cotidiana. Por más obstinado que sea un diputado, pongamos por caso, en general sabe que no logrará mayores respuestas eróticas si trata de seducir a su amada apelando a su última arenga política.
La narrativa del guión. El guionista ideal es aquel que sabe echar un cuento y, además, tiene un buen cuento que echar. Lo que esto quiere decir es que un guionista debe ser, por una parte, un buen creador de historias y, por otra parte, un retórico eficaz. Lo que esto también quiere también decir es que la estructura es un asunto complejo: hay una estructura del cuento que quieres echar (es la estructura de la cual he hablado hasta ahora) y hay una estructura que te sirve para echar el cuento. La primera instancia de estructura está contenida en lo que suele llamarse en nuestro argot la “storyline” (y que suele desestimarse, confiarse a la “creatividad” y despachar en unas pocas páginas en los manuales); la segunda estructura (o más bien, una amalgama de estas dosinstancias de la estructura) es la que suele expresarse en los “paradigmas”, las fórmula de los “tres actos” y los “plot points” y que, lamentablemente, es comunmente comprendida como la única “estructura” . Hay que entender, sin embargo, que la estructura no es solamente, lo que Robert McKee define como “una selección de acontecimientos extraídos de la vida de los personajes que se componen para crear una secuencia estratégica que produzcan emociones específicas y expresen una visión concreta del mundo”, sino que esa “vida de los personajes” aludida por el autor norteamericano, es otras construcción conveniente, es decir, otra instancia de la estructura. De estas distinciones se colige que no basta con disponer una “historia” (usualmente poco estructurada) en “incidente incitador”, “puntos de giro” y “Actos I, II y II” , para que se tenga un guión estructurado, por más que una práctica de la elaboración de los guiones (que viene, a su vez, de una práxis educativa) haya hecho del “Paradigma de Field” un credo único y suficiente. Corolario: La “estructura” no se logra de “afuera hacia adentro”, sino de adentro hacia afuera, es decir, de la estructura básica de la storyline, a lo que podríamos decir la “ superestructura” que impone cualquier paradigma. Dicho de otro modo, para convencer a una esposa de una mentira conveniente, no basta con ser un excelente actor, sino hay que fraguar una buena mentira. De la misma manera, se logra muy poco cuando se elabora una estrategia narrativa mediante la estructuración a lo Syd Field y se deja por fuera el problema nodal de la estructura básica de la historia que se quiere contar.
A manera de conclusión. La estructura de un guión es, ni más ni menos, la estructura de cualquier discurso comunicativo y está regida, en última instancia, por la estructura del lenguaje (del lenguaje en cualquiera de sus instancias, valga el retruécano). Uno escribe un buen guión, redacta una buena novela, garrapatea una conmovedora carta de amor o logra bien interpretar una apasionada pieza musical, cuando sabe construir una travesía coherente a partir de contrastes que construyen sentido y en esa travesía, seductora y sin devaneo, logra conquistar al corazón del oyente. La estructura es fácil: todos somos la estructura.
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20 jul 2012
Los cuatro temperamentos básicos en los personajes
Según la sicología, la personalidad se divide en principalmente dos elementos: El cáracter y el temperamento. El temperamento es principalmente genético, es como la base de nuestra personalidad y es muy difícil que cambie en la vida. El carácter es formado mayormente por la cultura en que le toca vivir y las experiencias de la vida.
Aquí me dedicaré a hablar del temperamento y especialmente la teoría de los cuatro temperamentos básicos, ya que dominarlos les puede dar pistas para la creación de personajes más humanos y únicos. No soy experta en el tema, pero creo saber lo básico para poder interesarlos.
Pero antes de empezar a describir estos, deben tener en mente, algo que describiré más adelante, que un personaje puede tener más de un temperamento y no necesariamente tiene todas las carácteristicas de este (Especialmente en los ejemplos de abajo). Además no son arqueotipo, es más, un arqueotipo puede tener cualquiera de los temperamentos
Como se ve en la imagen de arriba, los temperamentos pueden dividirse en dos carácteristicas principales o ejes:
Eje de los sentimientos y hechos: Este eje define que es más importante o en que se fija más el personaje. Un personaje sentimental será muy afectado por su sentimientos o también puede ser un personaje muy decidido que no le importa lo que siente la gente, solo su objetivo.
Eje de la expresividad: Si un personaje es más contemplador o es más activo.
Según estos ejes, se pueden explicar los cuatro temperamentos básicos:
El colérico es de un temperamento ardiente, ágil activo, práctico y de voluntad fuerte que se tiene por autosuficiente y muy independiente. Tiende a ser decidido y lleno de opciones, y le resulta fácil tomar decisiones por su cuenta, y por cuenta de otros también. El personaje simbolo de este temperamento es Vegeta de Dragon Ball, él tiene todos los defectos y virtudes de un colérico.
Virtudes comunes de un colérico:
- Energético
- Independiente
- Optimista
- Líder
- Audaz
- Sarcástico
- Impaciente
- Intolerante
- Vanidoso
- Insensible
- Comunicativo
- Entusiasta
- Buen compañero
- Comprensivo
- Simpático
- Voluble
- Indisciplinado
- Exagerado
- Impulsivo
- Habilidoso
- Sensible
- Creativo
- Leal
- Idealista
- Delicado
- Pesimista
- Antisocial
- Amodorrado
- Confuso
- Tranquilo
- Cumplidor
- Eficiente
- Diplomático
- Práctico
- Con sentido del humor
- Indeciso
- Introvertido
- Desmotivado
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30 mar 2012
Sobre la estructura o por que los guiones no tiene que ver con la realida ya que la construyen

Que un guión tenga estructura —que cualquier discurso tenga estructura— quiere decir 1) Que habla de una diferencia, de una distinción, de un contraste 2) Que le confiere un valor a esa diferencia o contraste 3) Que el guión, además, habla de esa diferencia en un cierto sentido 4) Y que todo esto lo hace para persuadir a alguien. La diferencia de la que habla un guión es lo que comúnmente se llama su tema y tiene que ver con el significado del guión, con lo que el guionista quiere decirle al mundo. El valor que el guionista le confiere a esa diferencia o contraste semántico, es la premisa que quiere compartir, su visión moral, política o filosófica de la vida. El cierto sentido con el cual el guionista busca compartir su discurso es el género: un guionista puede hablar de lo humano y lo divino, ya sea entre copas y lágrimas, o muerto de la risa. El afán de persuadir a los demás encarna, por último, lo que se conoce como la estrategia narrativa, ese ejercicio de la retórica que los manuales norteamericanos llaman comúnmente “la estructura”.
A ver si me explico:
Sobre la diferencia, la distinción o el contraste. Escribir con estructura significa restringirse voluntariamente a la cárcel semántica que impone un único contraste entre sentidos opuestos. En otras palabras, un guionista estructurado habla sólo de muy pocas cosas (aunque debe hacerlo con profundidad). Si escojo como protagonista de mi comedia romántica, pongamos el caso, a una indocumentada y si decido que su interés amoroso sea un funcionario del servicio de inmigración, es porque quiero hablar del contraste entre lo “legal” y lo “ilegal”y ese contraste semántico condicionará todo mi discurso. Si, por el contrario, llevo a cabo esa misma escogencia tan solo para que la indocumentada y el funcionario se queden atrapados en un ascensor y discutan sus gustos culinarios a lo largo de toda mi película, termino sin decir nada, porque mi guión no tiene estructura. El primer plano que sugiere un guión en su primera escena es, en este sentido, una condena, debería serlo: la imagen de un indigente que mira hacia la torre empresarial, de una novicia que observa cómo los novios sentados en el banco del parque se comen a besos, o de un niño que calla mientras todos ríen, establecen diferencias, instituyen distinciones, constituyen inescapables cárceles de significación que condicionan el guión in extenso. Del contraste o de la oposición semántica nacen, además, dos elementos esenciales del drama: en primer lugar el conflicto (el conflicto entre el mundo del indigente y el mundo empresarial, entre la novicia solitaria y el mundo de los que se comen a besos, el conflicto del niño que añora una sonrisa y el mundo impío que lo rodea). Del contraste nace, en segundo lugar, el viaje dramático, porque toda historia es un tránsito entre los dos términos de una oposición: de la pobreza a la opulencia, del aislamiento a la compañía, de la tristeza a la alegría. Corolario: Dime de cuál contraste hablas y te diré qué escribes.
Sobre el valor. Hay quienes creen ingenuamente que puede “expresarse artísticamente” y evadir las valoraciones. Sin embargo, todo decir implica una valoración, así sea en virtud del acto locutorio mismo. La idea de que la verdadera inspiración “artística“ prescinde de las valoraciones suele obedecer una pose trasnochada (y se topa con una paradoja: nadie habla para no decir nada, porque decir equivale a valorar). De manera que cuando se escribe un guión, tarde o temprano, el guionista se topa con las preguntas: “¿Qué creo o pienso yo de esto?”, “¿Cómo lo valoro?” La estructura es, en segundo término, construcción para la valoración y, en particular, edificación para la argumentación. Si escojo un contraste —el indigente frente al empresario, la risa cantarina frente a la mueca de disgusto— tomo partido. Y es que no hay manera de no tomar partido, así sea cuando se toma partido para postular que no se debe tomar ningún partido. Corolario: Llámese premisa, idea controladora o lo que sea, un guión es un subterfugio para emitir una valoración (valoración que, muchas veces, ni siquiera es consciente o racional, sino inconsciente o pulsional). De paso: la estructura de un guión muchas veces se erige desde esa valoración: si quiero decir que la vida valdrá la pena sólo cuando todos los niños solitarios puedan disfrutar de una sonrisa, es posible que la estructura de mi guión no sea otra cosa que el camino que conduce convincentemente hasta la valoración de esa sonrisa.
El sentido. Un error frecuente entre escritores nóveles —o ingenuos —consiste en creer que la realidad “habla por sí sola”. La “realidad“ que construye un guión, sin embargo, nace de un sentido construido, de un sentido que se funda en la estructura. ¿Qué la vida es bella? Lo es, en un sentido. ¿Qué la vida es trágica? Lo es, en otro sentido: de allí nacen la comedia y la tragedia. El asunto es que el sentido se tramita en un acuerdo con el espectador y, en el cine, ese acuerdo proviene, en buena parte, del género. Dicho de otro modo, si bien la realidad no se inscribe en algo parecido a un “género”, los guiones (y todos los discursos), necesitan de los géneros (a pesar de que algunos guionistas crean que su obra “trasciende” o está “más allá”de cualquier género). El conocimiento del género es para el guionista, lo que el conocimiento del contexto es para un hablante cualquiera en la comunicación cotidiana. Por más obstinado que sea un diputado, pongamos por caso, en general sabe que no logrará mayores respuestas eróticas si trata de seducir a su amada apelando a su última arenga política.
La narrativa del guión. El guionista ideal es aquel que sabe echar un cuento y, además, tiene un buen cuento que echar. Lo que esto quiere decir es que un guionista debe ser, por una parte, un buen creador de historias y, por otra parte, un retórico eficaz. Lo que esto también quiere también decir es que la estructura es un asunto complejo: hay una estructura del cuento que quieres echar (es la estructura de la cual he hablado hasta ahora) y hay una estructura que te sirve para echar el cuento. La primera instancia de estructura está contenida en lo que suele llamarse en nuestro argot la “storyline” (y que suele desestimarse, confiarse a la “creatividad” y despachar en unas pocas páginas en los manuales); la segunda estructura (o más bien, una amalgama de estas dosinstancias de la estructura) es la que suele expresarse en los “paradigmas”, las fórmula de los “tres actos” y los “plot points” y que, lamentablemente, es comunmente comprendida como la única “estructura” . Hay que entender, sin embargo, que la estructura no es solamente, lo que Robert McKee define como “una selección de acontecimientos extraídos de la vida de los personajes que se componen para crear una secuencia estratégica que produzcan emociones específicas y expresen una visión concreta del mundo”, sino que esa “vida de los personajes” aludida por el autor norteamericano, es otras construcción conveniente, es decir, otra instancia de la estructura. De estas distinciones se colige que no basta con disponer una “historia” (usualmente poco estructurada) en “incidente incitador”, “puntos de giro” y “Actos I, II y II” , para que se tenga un guión estructurado, por más que una práctica de la elaboración de los guiones (que viene, a su vez, de una práxis educativa) haya hecho del “Paradigma de Field” un credo único y suficiente. Corolario: La “estructura” no se logra de “afuera hacia adentro”, sino de adentro hacia afuera, es decir, de la estructura básica de la storyline, a lo que podríamos decir la “ superestructura” que impone cualquier paradigma. Dicho de otro modo, para convencer a una esposa de una mentira conveniente, no basta con ser un excelente actor, sino hay que fraguar una buena mentira. De la misma manera, se logra muy poco cuando se elabora una estrategia narrativa mediante la estructuración a lo Syd Field y se deja por fuera el problema nodal de la estructura básica de la historia que se quiere contar.
A manera de conclusión. La estructura de un guión es, ni más ni menos, la estructura de cualquier discurso comunicativo y está regida, en última instancia, por la estructura del lenguaje (del lenguaje en cualquiera de sus instancias, valga el retruécano). Uno escribe un buen guión, redacta una buena novela, garrapatea una conmovedora carta de amor o logra bien interpretar una apasionada pieza musical, cuando sabe construir una travesía coherente a partir de contrastes que construyen sentido y en esa travesía, seductora y sin devaneo, logra conquistar al corazón del oyente. La estructura es fácil: todos somos la estructura.
Por Frank Baiz Quevedo
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10 ene 2012
Escribiendo Buenos Guiones
El segundo concepto que usted debe tener siempre presente en su vida es: “colocar el bolígrafo en el papel no es tan difícil como colocar su cuerpo sobre el asiento.” De hecho, lo que ha hecho a grandes autores como Akiva Goldsman (Cinderella Story’s) o Peter Jackson (King Kong) ha sido muchos años de perseverancia hasta convertirse en los mejores en lo que hacen. Ellos no nacieron siendo grandes artistas y aún hoy, ellos admiten que tienen mucho que aprender.
A Shervin Youssefian quien escribió la aclamada obra Machiavelli Hangman le dijeron que debería dedicarse únicamente a escribir y que no se convertiría siquiera en un escritor decente. Luego dedicarse con pasión, eventualmente él superó todos los obstáculos que usualmente derrotan a los principiantes: demasiada exposición, charlas sin sentido, no hay subtexto, todos los personajes hablan y se ven de la misma manera.
Steven Spielberg cuando terminó la película La Guerra de los Mundos dijo que lo que distingue a David Koepp de otros escritores de acción y aventuras es que él encuentra el vínculo hacia la humanidad y se encarga de contar todas aquellas extravagancias de alto presupuesto a través de los ojos de una persona común y corriente. Esto debió ser lo que atrajo a Tom Cruise a formar parte del proyecto en primer lugar. Mientras que la película tuvo muchas explosiones y toneladas de efectos especiales, la audiencia estaba conectada con la historia debido a la relación de los personajes con otros.
Cada escritor conoce que el mejor material surge con inspiración pero la inspiración es sólo un medio para liberar el material que se ha estado construyendo en la mente del autor. Usted adquiere su material a través de la observación, muchísimo de ella. ¿Qué mérito tendría si usted observara y usted olvidara? Por eso es que siempre bueno tener a mano una libreta o un dispositivo para grabar audio - imagínese, ¡ellos realmente funciona! Usted debe sentarse y escuchar detenidamente en vez de hablar mucho y absorber. Cada vez que algo llame su atención, permita esto sea un tópico ya que probablemente le interesará a otros también.
El tercer factor que debe tener en cuenta en su vida es que todos somos iguales. Como seres humanos, experimentamos las mismas emociones y en cierta medida pasamos más o menos por los mismos eventos de la vida. Por esta razón, cuando escriba algo que le ha sucedido a usted y que le signifique mucho a nivel de experiencia personal, usted puede tener la certeza de que muchas otras personas se sentirán identificados con el material.
Así que para recapitular, usted debe sentarse y planear una rutina para escribir porque siempre es mejor escribir algo que no escribir absolutamente nada. Segundo, usted tiene que comenzar a observar. Tercero, usted necesita contar sus propias historias utilizando la estructura de los guiones, la cual veremos en un artículo siguiente.
Así que para recapitular, usted debe sentarse y planear una rutina para escribir porque siempre es mejor escribir algo que no escribir absolutamente nada. Segundo, usted tiene que comenzar a observar. Tercero, usted necesita contar sus propias historias utilizando la estructura de los guiones.
Haga la tarea que le he dejado y continúe escribiendo.
Los tres elementos esenciales para convertirse en un guionista exitoso.
El primer elemento es disciplina, que involucra principalmente sentarse diariamente durante una hora o menos y escribir algo. Las investigaciones han demostrado que un hábito es adquirido o roto luego de repetirse durante 21 días. Teniendo esto en cuenta, si usted hace esto ininterrumpidamente por 21 días, usted notará que se convertirá en algo natural sentarse cada día a escribir. Se convertirá más en un hobby terapéutico que en escritura de guiones, pero mejorará sus habilidades en el empleo de la palabra y el flujo de la escritura.
El segundo elemento es la observación. Escuche, mire, toque, deguste… permita que sus sentidos exploren y usted se convertirá en miembro de una audiencia en donde la vida será la gran película y usted simplemente copiará palabra por palabra y la convertirá en un excelente guión.
El tercer elemento para convertirse en un buen escritor de guiones es comprender que todos los seres humanos pasan a través de más o menos las mismas experiencias en la vida con pequeñas variaciones y una historia que le tocará a usted una manera especial tiene el potencial de tocar a todos los demás.
El error que cometen muchos escritores es que ellos escriben por decir algo una escena que se supone estará en movimiento. Si ellos la leen, ello no estarán necesariamente afectados, pero ellos consideran que todos los elementos de las “ escenas conmovedoras” están allí, de manera que debería funcionar.
Esta es una manera de pensar equivocada. Si el escritor recrea en su mente la escena que está escrita y no se siente conmovido, es obvio que otro lectores se sentirán igual. Usted me podrá preguntar, que pasaría si yo tuviera una mascota de nombre Tom y éste hubiera muerto atropellado por un carro, y cada vez que veo Tom y Jerry, llegan las lágrimas.
Mostrar a un personaje sentado en un sofá viendo Tom y Jerry y llorando a todo pulmón obviamente no tendrá ningún sentido para nadie. Sin embargo, si usted también muestra que la mascota del personaje murió y unas escenas después muestra la situación del personaje viendo Tom y Jerry, le garantizo que al menos tocará las fibras de algunos corazones.
¿Y qué pasaría si usted se rodea del mismo tipo de personas? ¿Qué pasaría si ellos se ven iguales, utilizan el mismo vocabulario, actúan de la misma manera…? Ello no le aportaría gran cosa en cuanto a material. ¿No es cierto?
Antes de caer en el facilismo de recomendarle que “comience a salir con diferentes grupos de personas,” quisiera motivarlo para que incremente sus habilidades de observación. Mientras que mucha gente actúa de la manera en público, si usted los observa más cuidadosamente usted notará pequeñas particularidades de la personalidad que se hacen notar y que distinguen a cada persona. Mientras que todos tenemos más o menos el mismo tipo de contexto emocional, experimentamos el miedo, la tristeza, el regocijo, la rabia en diferentes niveles, reaccionamos físicamente de una manera diferente ante dichas emociones.
Usted debe conectarse a aquellas manifestaciones físicas. Si una persona cambia, usted debe encontrar la fuente de ese cambio. Quizás el cambio lo originó el miedo o nerviosismo; quizás es el sentimiento de júbilo que le hace estremecer todo su cuerpo.
Si usted observa una película como Machiavelli Hangman de Shervin Youssefian o Crash de Paul Haggis usted notará que los personajes muestran las mismas emociones pero mientras una persona puede estar silenciosa cuando está furiosa, la otra vocifera y grita. Si usted se concentra en las manifestaciones físicas y las emociones internas y encuentra el punto en donde ambas se unen, ¡usted será exitoso!”
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11 oct 2011
¿Cuánto tiempo toma escribir un guión? y cuánto deberías cobrar…

No incluyo aquí los guiones desarrollados por voluntad propia, spec scripts, con el fin de darse a conocer o ver si uno se saca la lotería; sino de trabajos profesionales, para los que te han contratado.
El guionista John August cuenta en su blog algunos datos interesantes sobre el particular, en la industria estadounidense: por contrato, generalmente, el escritor tiene entre ocho y doce semanas para la entrega del primer borrador; y entre dos y ocho semanas más para correcciones, reescritura y pulitura.
Para August, un escritor profesional, debería poder entregar una primera versión en ocho semanas.
En otro post, detalla las fases del desarrollo del guión, el cronograma de entrega de las distintas versiones y lo que se le paga al guionista en cada fase. Es interesante comprobar que, por contrato, se estipula un tiempo determinado para el desarrollo del proyecto, cosa que no suele suceder en otros países. Algunas veces, el guionista se ve obligado a hacer incontables versiones del guión y el proceso se vuelve agónico e interminable. De esta forma, el pago acordado en un principio, se diluye en un desarrollo al que no se le ve final y el proyecto pierde todo tipo de rentabilidad para el autor.
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13 jun 2011
10 respuestas a los problemas de tu sinopsis

La idea es genial, pero la historia no está clara
¿Has definido la naturaleza de tu idea inicial? ¿Se trata de una situación? ¿Consiste en la enunciación de un tema? ¿Es más bien una anécdota? ¿Es un personaje que “tienes en la cabeza”? En cada uno de estos casos tendrás crear la estructura básica de una historia. Una historia es algo que le sucede a alguien y que significa algo. Ten eso en mente a la hora de dramatizar tu idea.
Tu sinopsis (*) cuenta lo que le sucede a un personaje, luego lo que le sucede a otro personaje y a otro y a otro… (“Es que todos los personajes son tan interesantes”)
¿Sabes a quién le ocurre tu historia? ¿Sabes, con precisión, qué es lo que le ocurre? Hay un personaje a quien le ocurre la historia (Que exista la posibilidad de que ese personaje sea colectivo o de que tu guión cuente varias historias y, en consecuencia, amerite de varios personajes focales, es otra cosa). Determina quién es el personaje central de tu historia antes de desarrollar tu sinopsis (Este es un aspecto sumamente importante en el método Escriba®).
Tu sinopsis explica el sentido de tu historia
Si necesitas explicar el sentido de tu historia, es que quizás todavía no has elaborado su sentido. El sentido de una historia proviene de su estructura: si tienes una estructura que funciona, todo el mundo entenderá el sentido de lo que cuentas, sin que le expliques más nada. Haz que el sentido de tu historia provenga de lo que le sucede a los personajes y que este sentido se muestre por medio de los resultados que dichos personajes obtienen en la historia.
Tus personaje sufre conmociones internas tan profundas que para contarlas necesitas párrafo aparte
¿Puedes expresar de manera concreta lo que le sucede a tus personajes, es decir, en términos de decisiones y de las correspondientes acciones que provienen de estas decisiones? Si sólo puedes describir tu historia por medio de abstracciones, de la descripción de “estados internos”, o de tu propia interpretación de lo que pasa, es porque todavía no tienes una historia y, mucho menos, un guión. Un personaje es lo que hace: el cine es conductista. Define la conducta esencial de tus personajes y determina cómo cambia esa conducta a lo largo de la historia.
Tu personaje central tiene tantos rasgos interesantes que no sabes como presentarlo en un sólo párrafo
¿Conoces la naturaleza que se pondrá en juego en tu guión? ¿Conoces el rasgo esencial de tu personaje central y sabes cómo se traducirá este rasgo en una conducta observable? No importa si quieres escribir una versión remozada deChinatown de Roman Polanski, o si prefieres aventurar tu propia variante de La Ciénaga, de Lucrecia Martel: en cualquiera de los casos, debes conocer cuál es la conducta rectora de tu personaje central y saber (así sea para ti mismo) cómo se generó una naturaleza que se manifiesta en una conducta observable. (La determinación del rasgo crucial del personaje central es un componente básico en el método Escriba®).
Para explicar el tema de tu historia tendrías que introducir un extenso párrafo dentro de tu sinopsis (“Es que mi historia es muy profunda…”)
El “tema” de tu historia está ligado con lo que le pasa a los personajes, pero lo que le pasa a los personajes no es una simple ilustración del tema. Si tu tema está claro se deduce (en general, inmediatamente) de tu historia. Debes hacer que el tema pueda ser inferido de lo que pasa en tu historia, porque del tema es que habla la historia a través de sus personaje y lo que estos hacen.
No puedes contar tu historia sin referir el argumento
Si tienes que detallar cómo son todos los árboles del bosque, es que no sabes de cuál bosque estás hablando. En ese caso, tu historia tiene problemas de estructura. Vuelve al punto 1 de esta lista.
Tu sinopsis tiene un excelente arranque y un final impactante… nada más
¿Tienes claro cuál es el conflicto visible de tu historia? ¿Tienes claro cuál es el objetivo visible del personaje que mueve la historia? Más aún, ¿tienes claro cuál es la fuerza que se opone a que se alcance la meta visible de tu historia? Sin conflictos visibles las historias no tienen desarrollo, ni los guiones tienen “Acto II”. Si tu sinopsis tiene un gran comienzo, un largo etcétera y un final impactante, resulta que no tienes realmente una sinopsis, sino la versión extendida de una idea. Debes definir la meta visible de tu historia antes de seguir adelante.
Tu historia consiste en la búsqueda de una “verdad interna” y finaliza con la consecución de esa verdad
Una historia puede reseñar el itinerario de una iluminación: muchas historias refieren una epifanía, pero una simple epifanía no necesariamente hace una historia. Si tu historia se reduce a que tu personaje descubre “algo que le falta en su interior”, sin que ese descubrimiento provenga de lo que sucede en su entorno, no tienes todavía un guión. Aunque tu historia requiere de acontecimientos, no consiste nada más en acontecimientos. Debes inventar todos los acontecimientos que necesitan los personajes de tu historia para manifestar su interioridad.
Te emociona más tu idea que tu historia
La acción mueve emociones (Dale un puñetazo a tu laptop y comprobarás inmediatamente esta aserción). Tus emociones deben brotar de lo que les pasa interna y externamente a tus personajes, no del impacto que, en tu cabeza, provocará la idea de tu historia en tus futuros lectores. No des tu historia por terminada hasta que no hayas imaginado al menos una escena que realmente te conmueva.
(*) "Sinopsis", "resumen argumental", "proyecto", o como quiera que queramos llamar al embrión de nuestro guión. No hago distinciones técnicas con relación al término en este post.
Etiquetas: Consejos para jóvenes guionistas, Escritura del guion
24 dic 2008
La catarsis en el guion de cine
Una catarsis o experiencia catártica, es una experiencia interior purificadora, de gran significado interior, provocada por un estímulo externo.
El término katharsis también lo encontramos en la tragedia griega, cuando a ella se refiere Aristóteles. En la Poética se emplea esta palabra para designar el efecto que ejerce la tragedia en los espectadores. La tragedia, con el recurso a la piedad y al terror, logra la expurgación de tales pasiones. Katharsis en Aristóteles, es la purificación psicológica por el terror y la piedad.
En otras palabras, el espectáculo (tragedia) debe producir en los espectadores, sensaciones de compasión y terror, que los purifique de estas emociones, a fin de que salgan del teatro sintiéndose limpios y elevados, con una alta comprensión de los caminos de los hombres y de los dioses.
El término griego phobos se traduce como terror, miedo, pánico, espanto. El término griego eleos como misericordia, compasión, piedad. Unas veces se traduce al español phobos como terror mientras en otras obras se encuentra como temor. Para eleos, unas obras emplean compasión, mientras otras piedad.
En cuanto a las características de estas emociones, tenemos que, según Aristóteles, la piedad o compasión es una pasión penosa suscitada por el dolor o el sufrimiento de otro. Por tanto, requiere pensar que ese otro está padeciendo realmente, y además, que su sufrimiento es grave. Además, este sentimiento precisa la opinión de que la persona no merecía el sufrimiento.
Aristóteles señala que la piedad guarda una estrecha relación con la creencia de que uno es también vulnerable. En definitiva, requiere una comunidad de sentimientos y la opinión de que se puede padecer un mal similar al que padece quien suscita nuestra piedad. El terror se encuentra relacionado íntimamente con la piedad. En definitiva, lo que nos suscita piedad es lo que tememos que podría ocurrirnos a nosotros mismos. Y puesto que la piedad exige percibir la propia vulnerabilidad y la semejanza con el que sufre, piedad y terror se experimentan casi siempre juntos.
El terror y la piedad son dos afectos que forman los extremos en la cadena sentimental humana. Se trata del terror ante lo tremebundo, y la piedad ante lo miserable. El terror se experimenta ante potencias que pueden disponer de nuestra vida, sin defensa posible por nuestra parte. Éste sería un extremo superior de los afectos. Un extremo inferior de los afectos corresponde la piedad ante la miseria, que sobreviene al caer en cuenta de que por ser semejantes al desgraciado nos puede sobrevenir lo que a él le está pasando. La semejanza constituye el fundamento del extremo inferior (la piedad); mientras el extremo superior (el terror) viene dado por el abismo de la diferencia existente entre el individuo y potencias que lo desbordan y no puede controlar.
La katharsis como purgación o purificación, consiste en la liberación del peso de una realidad que se nos está volviendo pesada. Tales realidades pesadas pueden pertenecer a distintas órdenes: fisiológico, emocional, etc. Los pesados pesos en el orden de la realidad constituyen lo totalmente diferente, que nos sobrepasa (absoluto) y lo semejante (natural), que en el plano de los sentimientos, pueden percibirse como terror y piedad. Por lo que es necesario una purgación que nos libere de ellos no en cuanto tales, sino en cuanto pesados pesos. Y la obra de arte, mediante acciones de reproducción imitativa (como se da en la obra de teatro) ha de conseguir en nosotros tal efecto.
Via: elguiondecine
Etiquetas: Escritura del guion
21 oct 2008
La necesidad de la estructura.
Si hay un acuerdo universal en relación con la escritura para audiovisuales, éste sostiene que un guión de cine en primer (y en último término) es estructura. A caballo entre la dramaturgia teatral (buena parte de los manuales de escritura de guión pueden pasar muy bien por textos de preceptiva teatral) y la preceptiva de la novela (puesto que un guión, no sólo muestra, sino que, mostrando, narra), el guión se ha visto sometido a severas exigencias estructurales. La palabra estructura, sin embargo, tiene un uso algo metafórico dentro de los estudios de guión: estructura es lo “que sostiene” el guión, es el “diseño de las acciones”, etc. Es por esta razón que, en procura de definiciones más sólidas, emprenderemos la revisión de algunas teorías contemporáneas de la narratividad.
El estudio de la narratividad, a pesar de que estar inscrito en el ámbito de la teoría literaria, se entronca en sus orígenes con una preocupación eminentemente práctica, presente en algunos viejos trabajos sobre el drama teatral. Se trataba, en aquellos casos, de elaborar una clasificación de las situaciones dramáticas “típicas”, es decir, de lograr un inventario capaz de dar cuenta de “todos los discursos dramáticos posibles”. Una tentativa muy conocida dentro de este tipo de aproximaciones fue llevada a cabo por George Polti (1895), autor de las denominadas treinta y seis situaciones dramáticas. A través de las mencionadas situaciones, Polti pretendió constituir un inventario de todos los dramas teatrales posibles. De este inventario genérico de temas y/o acciones da testimonio Luis Gutiérrez Espada (1978):
· Súplica: Perseguidor, suplicante, poderosa autoridad cuya decisión es un deber.
· Rescate: Un desafortunado, un amenazador, un libertador.
· Crimen seguido de venganza: Un criminal, un libertador.
· Venganza entre parientes: Pariente culpable, pariente vengador, recuerdo de la víctima con respecto a ambos.
· Desastre: Un poder derrotado, un enemigo victorioso, un mensajero.
· Súplica a la crueldad o desgracia: Un desafortunado, un protagonista, o una desgracia.
· Revolución: Un tirano, un conspirador.
· Empresa atrevida: Jefe intrépido, un objeto y un adversario.
· Rapto: Raptada, un guardián un raptor.
· El enigma: Interrogador, investigador y un conflicto.
· Pretensión: Solicitante, un adversario que es rechazado, o un árbitro y los oponentes.
· Enemistad de parientes: El pariente malévolo, un odio o parentesco recíprocamente odiado.
· Rivalidad de parentesco: El pariente preferido, el pariente rechazado, el objeto.
· Adúltero de parentesco: Dos adúlteros, un marido o esposa traidores.
· Demencia: Un demente una víctima.
· Imprudencia fatal: La persona imprudente, la víctima u objeto perdido.
· Crímenes de amor involuntario: El amante, el favorito, el delator.
· Asesinato de un pariente desconocido: El asesino, la víctima desconocida.
· Todo sacrificio por una pasión: El apasionado , el objeto de la pasión fatal, la persona o cosa sacrificada.
· Necesidad de sacrificio entre amantes: El héroe la víctima deseada la necesidad de sacrificio.
· Obstáculos para amarse: Dos amantes y un obstáculo.
· Descubrimiento del deshonor de un amado: El culpable y el descubridor.
· Celos equivocados: El celoso, posesión del objeto por el cual esta celoso, supuesto cómplice. La causa o el autor del error.
· Juicio erróneo: El equivocado, la víctima, la causa o autor de la misma, el delincuente.
· Remordimiento: El acusado, la víctima de la falta, el interrogador.
· Rescate de algo perdido: El solicitante, el motivo.
· Conflicto con dios: Un mortal, un inmortal.
Mucho más sistemático fue el trabajo de Vladimir Propp, autor considerado hoy en día, no sin razón, el fundador de los estudios semióticos de la narratividad. Propp, a partir del estudio de ciento un cuentos maravillosos rusos, formuló las bases de un análisis puramente estructural del relato. Su trabajo logra discernir algunas invariantes estructurales: por una parte, los personajes (el agresor o malvado, el donante, el auxiliar mágico, el mandatario, el héroe y el falso héroe) y, por otra parte, las llamadas funciones del relato. A partir de este análisis, Propp[1] formula cuatro tesis que orientan la construcción de su morfología, a saber:
1. Los elementos constantes, permanentes, del cuento son las funciones de los personajes, sean cuales fueren estos personajes y sea cual sea la manera en que se cumplen esas funciones. Las funciones son las partes constitutivas fundamentales del cuento.
2. El número de funciones que incluye el cuento maravilloso es limitado.
3. La sucesión de funciones es siempre idéntica.
4. Todos los cuentos maravillosos pertenecen al mismo tipo en cuanto a su estructura
Propp enumera treinta y una funciones, cada una con sus variantes, a saber:
1. Alejamiento.
2. Prohibición
3. Trasgresión.
4. Interrogatorio
5. Información,
6. Engaño
7. Complicidad.
8. Fechoría (o carencia).
9. Mediación (o mandamiento)
10. Comienzo de la acción contraria.
11. Partida.
12. Primera función del donante
13. Reacción del héroe.
14. Recepción del objeto mágico.
15. Desplazamiento en el espacio
16. Combate,
17. Marca del héroe.
18. Victoria.
19. Reparación de la carencia.
20. Regreso del héroe.
21. Persecución.
22. Socorro,
23. Llegada de incógnito.
24. Pretensiones engañosas,
25. Tarea difícil.
26. Tarea cumplida,
27. Reconocimiento.
28. Descubrimiento del engaño.
29. Transfiguración,
30. Castigo,
31. Matrimonio.
Un refinamiento importante de la morfología de Propp lo proporciona, A.J. Greimas[2], quien busca una sistematización de mayor alcance mediante el análisis riguroso de las categorías originales de Propp. Greimas procede, en primer lugar, a organizar las funciones en pares binarios que se oponen por su significado, como por ejemplo:
Prohibición vs. Trasgresión
Mediación vs. Decisión del héroe.
A partir de aquí, el investigador observa que algunas parejas de funciones corresponden a la confrontación de una determinada categoría, con su categoría opuesta, por ejemplo, en la pareja:
Prohibición vs. Trasgresión
Se puede observar que la prohibición no es, en el fondo, más que la “transformación negativa” de la orden terminante[3]. Agotado este ordenamiento con todas las funciones, Greimas se percata de que la única pareja de funciones que no deja reducirse a una estructura simple de oposiciones es la pareja
Afrontamiento vs. Logro
y que subsume oposiciones como combate vs. Victoria. Greimas concluye de allí que la prueba pudiera ser [...] considerada como el núcleo irreducible que da cuenta de la definición del relato como diacronía la relación entre afrontamiento y logro es una relación de consecución, el logro es consecuencia - aunque no obligatoria - del afrontamiento. Esta cualidad nuclear de la prueba constituye un hallazgo de primera importancia[4]:
Si la prueba constituye por sí sola la definición diacrónica del relato, el desarrollo temporal de éste es puesto de manifiesto, además, por un cierto número de procedimientos que constituyen los elementos del arte narrativo. Este arte, constitutivo de la “elaboración secundaria” del relato (conocida con los nombres de intriga, de suspense, de resorte y de tensión dramática), puede ser definido por la separación de las funciones, es decir, por el alejamiento en el encadenamiento de las funciones que constituye el relato, de los contenidos sémicos pertenecientes a la misma estructura de la significación.
En términos del diseño de historias, la afirmación de Greimas explica el carácter fundamental que el modelo clásico ha adjudicado tradicionalmente a la escena (o a la secuencia) del enfrentamiento del Protagonista y el Antagonista. Por otra parte tal afirmación nos sugiere que el diseño de la prueba puede convertirse en el punto de partida para la construcción de la estructura de la historia: una vez construida la prueba, el resto de las escenas se articula a su alrededor para prepararla o para desarrollar las consecuencias que se derivan de ella.
Hay que comentar, por último, que la construcción de repertorios sigue siendo una manera de abordar con cierto rigor el problema de la estructura y de las situaciones narrativas “posibles”. En el campo de los modelos del guión, Vanoye (1991:41-43), a título de ilustración, suministra propio listado de estructuras de base, entre las cuales se pueden mencionar:
· Historias que reenvían a la estructura de mitos conocidos:
- Historias de fundación, bien sea de una nación (Heaven’s Gate[5], escrita por Michael Cimino), de una dinastía (El Padrino, de Mario Puzo y Francis Ford Coppola), o de cualquier organización humana similar
- Historias de auge y caída (Scarface[6], American Gigolo[7]).
- Amores contrariados (Romeo y Julieta).
- Descenso al infierno (After Hours[8]).
- Historia de la amistad hasta la muerte (Julia[9]).
- Búsquedas del tesoro (El tesoro de la Sierra Madre[10]).
- Historias de Fausto (El amigo americano[11]).
- Historias de Ícaro (El pasajero[12])
- Historias de Edipo (Vértigo[13]).
· Motivos privilegiados provenientes de la novela moderna (entre muchos):
- Historias de seducción y abandono (Way down west[14], A taste of honey[15])
- Historias de venganza (La naranja mecánica[16])
- Historias de secuestros (Bilbao[17])
- Historias de evasión (El gran escape[18])
· Esquemas frecuentemente desarrollados por el cine contemporáneo.
- Choque de mundos (Rainman[19], Contacto[20])
- Llegada de un “cuerpo extraño” que descompone a un grupo humano (Sexo mentiras y videos[21], Teorema[22])
- Grupos en crisis (El reencuentro[23]).
- Grupos en noches de verano (Sonrisas en una noche de verano[24], Setiembre[25])
Vanoye (1991:31-33), en busca de otros modelos estructurales recurre a esquemas genéricos, como los que suministran los juegos (el juego de la pista, como en Mr. Arkadin[26]; el juego de la oca, como en Le Pont du Nord[27], Las cuatro monedas, como en L’ami de mon amie[28]) y también a algunos modelos generales debidos a Raymond Queneau y Joseph Campbell. De Queneau, completado por Age, Vanoye toma su distinción entre historias horizontales u odiseas e historias verticales o ilíadas. Odiseas son, por ejemplo las road movies norteamericanas (Alicia ya no vive aquí[29]), mientras que una ilíada sería la mencionada La noche de los muertos vivientes. De Joseph Campbell, Vanoye toma el esquema del viaje, tal como el autor lo desarrolla en su libro The hero with a thousand faces. El esquema de Campbell es una suerte de esquema de viaje del héroe típico. Las estaciones de este viaje, cuya descripción nos envía a los trabajos de Propp y de Greimas, son las siguientes:
1) El futuro héroe, en su casa, recibe el llamado que le conducirá al país desconocido. Decide partir.
2) En el momento de la partida, demanda la ayuda de un guía espiritual. El guía le da consejos y le suministra, eventualmente, instrumentos de poder.
3) Partida. Primeras pruebas y encuentro con los ayudantes y los oponentes.
4) Llegada al país desconocido. Confrontación con el guardián de la entrada.
5) Penetración el territorio de los misterios. Prueba suprema y glorificante.
6) Recompensa.
7) Abandono de los territorios de poder y regreso a casa.
El viaje del héroe puede resumirse en el esquema siguiente, tomado de Vanoye (1991:33) y modificado:
[1] Propp (1965:33-36).
[2] A.J. Greimas (1970:185-245).
[3] Greimas [1966:298] citando al Lévi-Strauss de La structure et la forme
[4] Greimas (1966:315).
[5] Michael Cimino, 1980. Guión de Michael Cimino.
[6] Howard Hawks, 1932. Guión de Ben Hecht, Seton I. Miller, John Lee Mahin, W.R. Burnett y Fred Pasley.
[7] Paul Schrader, 1980. Escrita por el mismo Schrader.
[8] Martin Scorsese, 1985, guión de Joseph Minion.
[9] Fred Zinnemann, 1977. Guión de Alvin Sargent.
[10] John Huston, 1948. Guión de John Huston, basado en la novela de Berwick Traven Torsvan.
[11] Wim Wenders, 1977. Guión del mismo Wenders basado en la novela Ripley’s Game de Patricia Highsmith.
[12] Michelangelo Antonioni, 1975. Guión de Mark Peploe, Peter Wollen y Michelangelo Antonioni.
[13] Alfred Hitchcock , 1958. Guión de Alec Coppel y Samuel Taylor basado en la novela D’Entre les Morts de Pierre Boileau y Thomas Narcejac.
[14] D.W. Griffith, 1920.
[15] Tony Richardson, 1961. Guión de Shelagh Delaney y Tony Richardson.
[16] A clockwork orange (Stanley Kubrick, 1971). Guión de S. Kubrick, basado en la novela de Anthony Burgess.
[17] Bigas Luna, 1978.
[18] The great escape (John Sturges, 1963). Guión de James Clavell y W.R. Burnett, basado en el libro de Paul Brickhill.
[19] Barry Levison, 1988. Basado en el guión de Ronald Bass y Barry Morrow.
[20] Contact (Robert Zemeckis, 1997). Guión de Michael Goldemberg y James V. Hart basado en la novela de Carl Sagan.
[21] Sex, Lies and Videotape (Steven Soderbergh, 1989). Guión de Steven Soderbergh.
[22] Pier Paolo Pasolini, 1968.
[23] The big chill, Lawrence Kasdan, 1983. Guión de Lawrence Kasdan y Barbara Benedek.
[24] Ingmar Bergman, 1955. Guión de Ingmar Bergman.
[25] Woody Allen, 1987. Guión de Woody Allen.
[26] Orson Welles, 1955. Guión de Orson Welles.
[27] Jacques Rivette, 1981.Guión de Jacques Rivette.
[28] Eric Rohmer, 1987. Guión de Eric Rohmer.
[29] Alice doesn’t live here anymore. Martin Scorsese. Guión de Robert Getchell.
Via: lapaginadelguion.org
Etiquetas: Escritura del guion
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