-

8 oct 2012

Superar la crisis en el cine y la TV "Falta de buenas ideas"

Ante una situación externa cada vez más delicada, es fácil dejarse abatir por una sensación de "imposibilidad" de cambiar las cosas. Sin embargo, el cambio empieza por uno mismo. A ese efecto, reeditamos un artículo de Valentín Fernández-Tubau que publicó en abcguionistas en 2007 y que aplica perfectamente a estos momentos.

En él se apuntaba a una falta de buenas ideas o de un adecuado sistema para detectarlas, como responsable de la crisis. La falta de buenas ideas ya ha traspasado al propio sistema, pero veamos como se interrelaciona todo y qué puedes sacar personalmente de todo esto.

La falta de ideas, responsable de la crisis del cine y la televisión

por Valentín Fernández-Tubau

Cuando se pregunta a los responsables de la industria cinematográfica y audiovisual acerca del porqué de una crisis de las obras audiovisuales de ficción cuando la comparamos a otros tiempos, su respuesta es invariable: faltan buenas ideas.

Sería objeto de un largo debate argumentar si esa crisis se debe a eso o a que, las pocas buenas ideas que hay, circulan por las mesas de las productoras pero no son precisamente las que se producen.

Hasta una persona ajena al sector profesional, pongamos por caso el espectador medio, experimenta con frecuencia la sensación de que la idea sobre la que se basa la película que está viendo es tan mala que podría haber sido superada, fácilmente, por una de las suyas. Y muchas veces, por mucho que nos duela, a la vista de lo que hay, en parte no le falta razón. Otra cosa es que tenga capacidad de desarrollarla.

En realidad, el complejo de Clint Eastwood, tan extendido por nuestro suelo, no es ni más ni menos que un pequeño delirio por el cual una persona piensa que si le dieran la oportunidad, demostraría que es capaz de idear, escribir, filmar e incluso encarnar a los personajes de una historia, mejor que los profesionales. Y si bien lo de escribir, filmar y encarnar cae claramente dentro de la más pura fantasía, lo de idear... podríamos dejarlo en cuestión.

La ecuación es simple: por ejemplo, de las 120 películas que se hacen al año en España, ¿cuántas estaban fundamentadas en una buena idea? Atención, que no se dice en un buen guion, que sería un paso mayor, sino en una "buena idea".

En todo caso, lo cierto es que, delirios aparte, en la vida real, tenemos un doble fenómeno: ideas pobres (la mayoría) e ideas buenas (unas pocas) que usualmente pasan desapercibidas.

¿Qué hacer ante tan desolador panorama?

Si dejáramos que las declaraciones de algunos ejecutivos de Hollywood y otros tantos de nuestro países de habla hispana penetraran nuestros oídos, seguramente caeríamos en la apatía y los guionistas nos fustigaríamos pretendiendo expiar un mea culpa por no ser más ingeniosos.

Pero la sensación de culpabilidad no tiene un historial demasiado brillante a la hora de ayudar e enmendar las situaciones. La realidad es que, nos guste o no, existen 2 problemas a resolver: la falta de buenas ideas y la falta de criterio a la hora de elegir esas ideas.

Lo segundo es lo que más irrita al guionista, claro. Entre otras cosas, porque así podemos decir que nuestra "maravillosa" idea ha sido ignorada por dar paso a otra peor que ha desembocado en un fracaso. Se trata de un consuelo de patio de colegio. ¡Que se le va a hacer!, ¡así somos!

Pataletas aparte, la solución de ese fenómeno está principalmente en manos de los productores. Para seleccionar mejor, deberían desarrollar unos sistemas más depurados y menos arbitrarios. Su negocio se lo agradecería. Pero la realidad es que tienen unos departamentos embotados, con materiales que nunca llegarán a leer y menos a producir porque no tienen capacidad para abarcar todo eso.

Finalmente, con más de dos décadas de retraso frente a la solución hollywoodense, un creciente número de productoras empieza a darse cuenta que es más eficaz preseleccionar una obra a través de un pitching o una sinopsis, que pretender leerse todo guion que llegue. Entre otras cosas porque, aunque de buenas intenciones está lleno el mundo, la verdad es que la mayoría de los guiones acaba convertido exclusivamente en un criadero de ácaros.

Los productores más inteligentes, hartos del polvo acumulado, han decidido mirar por la cerradura del amigo americano. El resultado: el pitch o discurso de ventas y su práctica (el pitching) se están extendiendo cada vez más. ¿En qué consiste? Resumiendo: alguien, en breve tiempo, habla a un hipotético comprador de algo que quiere vender; en nuestro caso, una película o una serie, por ejemplo.

Pero si la práctica del pitching puede aligerar enormemente los departamentos de desarrollo en los que seleccionan las posibles películas a producir, otro elemento a no ignorar será la necesidad de que el personal de dicho departamento esté formado adecuadamente, o que simplemente exista. ¿Es mucho pedir? Se trata de que el productor haga su trabajo de productor: tenga un departamento de selección de proyectos con gente cualificada para seleccionarlos adecuadamente. Y si no tiene infraestructura suficiente, que contrate un servicio outsourcing, término tan de moda gracias a internet y que simplemente quiere decir que lo contrate a terceros.

Sin embargo, de nada serviría la práctica del pitching y el tener un buen equipo de desarrollo con vista para preseleccionar proyectos, si el productor cediera finalmente a caprichos personales a la hora de dar luz verde a una película frente a otra. Algo impensable ¿no? ¿Cómo va un productor a poner su negocio en riesgo produciendo lo que se le antoja a sus impulsos o caprichos en lugar de producir lo más conveniente según el más elemental sentido común? Mejor dejar este tema para otra ocasión.

El caso es que el segundo problema reside plenamente en el tejado del guionista. El problema no es sólo que no se escojan las buenas ideas: es que hay escasez de buenas ideas. Y tenemos tanta escasez que cuando generamos alguna la cuidamos como un tesoro.

En realidad, tendríamos que ser fábricas de buenas ideas y no ser tan avaros con ellas. Porque una cosa es la idea y la otra el desarrollo de esa idea. De nada sirve una buena idea si no se tiene la pericia adecuada para desarrollarla. Esto se aplica tanto al cine como a la ciencia.

Pero también es cierto lo contrario: de nada sirve desarrollar y ejecutar una idea si la idea de por sí no tiene suficiente entidad. Estaríamos construyendo edificios sin cimientos.

¿Pero qué son exactamente las ideas? ¿De qué se forman las buenas ideas?

Las ideas son... pues, ideas... ¡Claro! Tenemos tan asumido que sabemos lo que es una idea que ni nos hemos parado a pensar que muchas veces el problema reside cuando creemos que sabemos algo que no sabemos. Por ejemplo, alguien que conociese mínimamente el mundo de las ideas sabría que no se puede llegar a ellas con una fórmula matemática. Por tanto, sabría que los esfuerzos dirigidos a hallar fórmulas para obtener buenas ideas están condenados al fracaso. Y sabría que, en cambio, sí existen actividades que cultivan un clima propicio para la generación de buenas ideas. ¿No hemos oído hablar, por ejemplo, de la famosa fase de incubación? ¿o de las famosas ideas luminosas?

Las ideas tienen su propia naturaleza y reglas de juego. ¿Acaso alguien no lo ha comprobado cuando ha perdido una idea por pensar que después la escribiría o registraría y ese después nunca llegó porque la idea se esfumó? Hay que conocer el mundo de las ideas para poder generarlas en abundancia y, después, capturarlas. Lo mismo que hay que aprender a analizarlas y reconocer las que son mejores.

Está claro que productores y guionistas deberían emplear más tiempo en familiarizarse con aquello que es la base primera de la obra audiovisual: la idea, sobre la que todo está sustentado.

Esta realidad es tan importante que en Estados Unidos surge un número cada vez mayor de entidades que se dedican a la captura de buenas ideas. Por su puesto, allí se paga por ellas. Si gusta, por ejemplo, una idea de televisión generada en un taller y presentada después en los canales adecuados, se podría pagar hasta 50.000 dólares por ella. Por ideas de ficción, es usual pagar 5.000 dólares en contrato de opción a 12 o 18 meses y si se lleva a cabo la película, 20.000 dólares más. Estamos hablando de ideas, sin escribir una sola línea de guion, que usualmente va a ser escrito por un equipo de guionistas de confianza, no por quien ha creado la idea.

En los países de habla hispana estamos lejos todavía de llegar a estos niveles evolutivos en referencia a la apreciación del valor de las ideas. Recordemos que en España, por ejemplo, las ideas no son siquiera registrables en la propiedad intelectual. Sí lo son sus desarrollos, pero no las ideas.

La ventaja de generar buenas ideas aquí, es que usualmente, a diferencia de lo que sucede en países como Estados Unidos, sí se nos suele encargar el desarrollo de las mismas. Por lo menos, de momento. Pero aparte de perseguir que una idea de las nuestras sea chispa para que nos encarguen un guion o una serie, o que gracias a ella nos tomen en cuenta para otro trabajo o encargo ¿a quién no le apetece la aventura de dejarse llevar por el espíritu creativo, generar decenas de ellas y probar suerte en el mercado anglosajón, después de traducirlas? Algo bastante económico, por cierto, pues una idea no tiene las 100 páginas de un guion; se reduce meramente a una página por idea.

Pero, tanto si deseamos limitarnos a un mercado casero como si apostamos por expandir nuestros límites, será muy conveniente que desarrollemos al máximo nuestra capacidad de generar buenas ideas.

La otra parte del problema, queda en manos de las productoras. ¿Se formarán mejor en la selección de ideas?

Mientras tanto, hasta que las capacidades de generar y seleccionar buenas ideas no mejoren, todos podremos seguir quejándonos de "falta de ideas" con la dulce complacencia de quienes, en la vida, prefieren ser espectadores antes que autores.
 
Valentín Fernández-Tubau
Co-fundador de abcguionistas y Ars-Media
Creador del taller y el Gym de creatividad e ideas luminosas

RECURSOS PARA ESCRITORES Y GUIONISTAS

Espero poder ayudar con este BLOG a todos los que están interesado en Poder alguna vez vender algunas de sus obras y vivir de ello.En este blog encontraran información sobre como escribir libros también a todos los interesado en la escritura de “guiones“de cine, TV, vídeos juegos o teatro Espero poder ser les útil