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22 feb 2010

Marcelo Mitnik: "En Hollywood lo seguro es siempre lo ya conocido"

El argentino Marcelo Mitnik está próximo a filmar su opera prima, "Living and leaving L.A.", una comedia sobre un actor argentino que aterriza en Los Angeles en busca de la película para la que le habían contratado y que se frustró. Será la primera experiencia tras la cámara de este libretista que estudió en Hollywood guión y realización. En entrevista exclusiva -e imprescindible para cualquiera que quiera dedicarse profesionalmente al cine- desde Los Angeles con Noticine.com, Mitnik nos desvela los secretos del éxito o el fracaso... y de la lucha para crear en la meca del Septimo Arte.

- Existe la idea de que los estudios de Hollywood están ansiosos por captar un buen guión. ¿Es eso cierto o no basta con tener talento para triunfar allá?
En general existe en Hollywood una desconexión entre lo que los estudios dicen y lo que hacen. Si hablas con sus ejecutivos, todos te van a decir que se mueren por captar "the next best thing", ese guión original, diferente y que capture la imaginación del publico y los críticos. Pero a la hora de producir films, la gran mayoría elige comprar guiones basados en material preexistente: "remakes" de películas extranjeras o americanas, adaptaciones de libros o comics ,secuelas, precuelas, etcétera. Es más, cada año que pasa se producen menos "spec scripts", o sea guiones originales escritos por guionistas por motu propio. El año pasado fue uno de los años de menor producción de ese tipo de libretos, a pesar de que fue un año record en recaudación. Si tomas las diez películas mas taquilleras del 2009 en Estados Unidos, encontraras que solo tres fueron guiones originales ("Up", "Avatar", y "Resacón en Las Vegas / ¿Qué pasó ayer?"). Todas las demás fueron creadas a partir de obras preexistentes : secuelas, adaptaciones de libros, remakes de programas de televisión, etc. Si tomas en cuenta las Top 20, la proporción es exactamente igual. Solo un 30% de material original es una desproporción demasiado grande. En 1999 la proporción era aproximadamente 50/50, así que claramente la industria está cambiando, moviéndose cada vez más hacia el lado de lo seguro, lo cual coincide con un crecimiento récord de los presupuestos: cuanto más cara la película, más segura necesita ser la inversión. ¿Y qué inversión es más segura que la de una obra cuyo éxito ha sido comprobado? De hecho, mi primer trabajo como guionista profesional en los EEUU fue para el "remake" Hollywoodense de una comedia romántica suramericana. Y entre mis próximos proyectos están los de opcionar los derechos de algunas películas de genero de habla hispana para sus "remakes" en inglés. "Remakes"" buenos y respetuosos, ¡no como algunos horribles que se hicieron! Pero "refritos" al fin y al cabo.

- Hemos leído que un director le pidió este guión para adaptarlo él. ¿No le tentó la oferta? ¿O siempre quiso ser director además de guionista?
Sí, siempre quise ser director además de guionista. De hecho, mi decisión de especializarme en guión vino como consecuencia de que en EEUU si uno quiere dirigir, el camino más directo es el de tener un guión al que uno pueda "attachearse" como director. Hace algunos años, el director del que fue mi primer proyecto como guionista profesional leyó mi guión de "Living and Leaving LA" antes de seleccionarme. Como le gustó, me ofreció opcionarlo para dirigirlo él, pero mi idea había sido siempre la de dirigirlo yo. Así que, a pesar que una oferta como esa es siempre tentadora, preferí esperar hasta que fuera el momento adecuado y poder dirigir la película yo mismo.

- Aunque la película tiene como protagonista a un actor argentino, imaginamos que se habrá nutrido usted de su propia experiencia como argentino en Hollywood para conformar el guión. ¿Qué tanto por ciento de autobiográfico hay en la trama?
Desde el momento que la historia cuenta las andanzas de un argentino en EEUU, es inevitable que haya algo de autobiográfico en el guión. A pesar de que yo no soy actor, y de que en mi caso vine a los EEUU a estudiar guión cinematográfico a la UCLA y no "a probar suerte" como el protagonista de mi película, mucho de lo que se cuenta en el guión está inspirado en algunas cosas que viví o de las que fui testigo en forma personal. En realidad, es imposible hacer un guión que no tenga algo de personal, incluso si las vivencias no son propias. Cada personaje tiene algún que otro elemento de uno. Mis profesores de la UCLA siempre decían, y con razón, "escribí de aquello que conozcas", o dicho sea de otra manera: los mejores guiones son aquellos muy personales por alguna razón u otra.

- ¿Con una producción argentina y no norteamericana cree haber ganado en libertad?
Definitivamente. Por eso es que siempre quise hacerlo como producción argentina. En Argentina y en Europa (¡en realidad, en cualquier país del mundo que no sean los EEUU!) hay muchísimo mas respeto por el trabajo del guionista y del director. Y si bien este es un proyecto con mucho potencial comercial, también es cierto que es una película bien personal y diferente a lo que normalmente se hace en EEUU: es bilingüe, es una comedia mas "off beat", de un tipo que no se suelen hacer mucho por aquí, etcétera. Eso no quiere decir que la producción será 100% argentina: es muy probable que sea una coproducción argentino-europeo-norteamericana, aunque basada en argentina.

- ¿Qué segundas lecturas podemos encontrar en su historia?
Una de las cosas de las que habla mi guión es de esta cosa multicultural que tiene Los Angeles. A pesar de que la mayoría de la gente que viene de afuera por poco tiempo no lo llega a ver, L.A. es una ciudad donde conviven gente de 180 países diferentes, donde se hablan mas de 200 idiomas, donde la diversidad étnica y cultural la vuelven una de las más interesantes del mundo (siempre y cuando uno realmente la explore más allá de lo que todo el mundo conoce, que es la imagen marketinera de Hollywood). Esto es una de las cosas que más me gustan de este lugar y que quería que fuera parte de mi película. De hecho, además de español e ingles, hay escenas con diálogos en coreano, turco, húngaro, etc. Y esto es algo que también me gustaría que se viera reflejado en el "detrás de las cámaras", con gente de Argentina, Europa, Estados Unidos, México, etcétera trabajando juntos.

- ¿Qué consejos daría a un guionista latino que crea tener un buen texto para vender en Hollywood?
No sé, en realidad, porque no soy bueno para los consejos. ¡Las experiencias son tan personales! Lo único de lo que puedo hablar es de cómo yo viví mi carrera, mi comienzo en esta ciudad. Y mi experiencia fue muy particular: vine a estudiar un programa en la UCLA para guionistas por un año, me quede otro año para hacer el curso avanzado, luego me aceptaron en el programa de Master de la UCLA (¡un milagro, la verdad!), y comencé a hacerme conocer a través de concursos, etc. Mi primer y segundo trabajo de forma profesional, como guionista, los conseguí a través de gente que conocí a partir de mi experiencia en la UCLA o de premios como el Jack Nicholson Award, el Sidney Sheldon Screenwriting Award, el BAFTA/LA Award, etc. Y los demás trabajos surgieron a través de mis representantes, o de otros productores que me recomendaron. Pero te diría que, en términos prácticos y muy generales, hay ciertas cosas que son importantes para guionistas latinos o norteamericanos tratando de vender un guión aquí. Algunas son tan elementales, que me imagino que no hacen falta mencionarlas (formateo profesional, registrar el guión en el Writers Guild of America para proteger la propiedad intelectual, etc). Pero hay otras que son críticas: es fundamental que el guión este realmente listo. Todos tenemos ansiedad en mostrar el bebé, pero un primer draft no es un guión listo para ser mostrado a la industria. Un segundo draft tampoco, dado que recién allí uno comienza a entender su propio material. Lo más habitual es que un guión recién esté cerca de llegar a estar listo para ser mostrado a partir de la tercera o, más comúnmente, cuarta versión. Como dicen las viejas en Argentina, no existe una segunda oportunidad para una buena primera impresión, así que es fundamental que el guión no sea un "work in progress" cuando se muestre. Por supuesto que uno no deja nunca de reescribir. Un profesor que siempre admiré decía que un guión nunca se termina, solo se abandona. Pero es fundamental ser muy objetivo al analizar si es momento de compartirlo con gente de la industria.

- ¿Y una vez terminado o casi...?
Luego que esté terminado, no hay un solo camino para llegar a la gente adecuada. Los concursos y festivales serios pueden ayudar a dar visibilidad. Conseguir un agente o un contacto en Hollywood que pueda pasar el guión a quien corresponda es importante, dado que casi ninguna compañía acepta materiales no solicitados. Fuera de eso, es importante recordar que todo esto lleva mas tiempo de lo que uno cree, pero que si uno cree en su guión, tarde o temprano, es realmente posible llegar a concretar lo que uno se desea. Como en cualquier otra actividad, en nuestra industria la persistencia es clave. Como decía Woody Allen, "Eighty percent of success is showing up" (el 80% de la clave para el éxito lo da el estar allí). Si uno abandona antes de tiempo, es probable que no esté para cuando se comiencen a dar los resultados.

- ¿Qué cree haber aprendido usted sobre la industria norteamericana del cine que considera debería aplicarse en la Argentina u otro de nuestros países hispanos?
Una de las cosas mas valiosas que aprendí fue la visión industrial del cine, el internalizar que hacer películas no es lo mismo que escribir una novela o pintar un cuadro: Para que haya cine tiene que haber inversores, y esos inversores tienen que ganar dinero con su inversión. Es bastante simple y obvio en realidad, pero es algo de lo que a veces nos olvidamos en nuestros países, en que el cine es a menudo subsidiado. Ese concepto es algo que en la UCLA nos marcaron a fuego. Siempre nos decían: lo mas importante en lo que tienen que pensar para la primer película, es en la segunda película. O sea, si la primer película no funciona y es un experimento en el que los inversores pierden plata, es probable que no haya una segunda película. Ahora bien, yo también creo que hay muchísimas cosas de nuestras industrias que son maravillosas y que la industria americana no tiene, como el apoyo institucional al cine. Es altamente probable que muchas de las grandes películas argentinas o españolas (entre ellas, varios de mis films preferidos) no se hubieran podido hacer en EEUU, por haber sido proyectos muy personales, con alto valor artístico pero poco potencial comercial. Desde ese punto de vista, es maravilloso y esencial que exista un apoyo estatal a la realización cinematográfica. Creo, en definitiva, que ambos modelos tienen grandes ventajas y falencias, y que una combinación de ambos sería lo ideal.

- Se enfrenta por primera vez a la realización de un largo... ¿Qué le asusta más de todo lo que ello conlleva?
Muy buena pregunta. Te diría que siento mucha confianza en el guión. Tal como se debe, lo reescribí muchas (¡muchas!) veces. Así que sé que funciona, que a la gente le gusta, les resulta divertido y les emociona. ¡Entonces en lo que debo enfocarme ahora es en hacer que mi trabajo de director no haga trastabillar el material! Para eso hay un par de cosas claves: dejar el ego de lado, y rodearme de gente con más experiencia y capacidad que la mía. Mi película ya tiene los productores ideales, gente a la que respeto mucho profesionalmente y en la que confío. Ahora es cuestión de elegir bien a las dos posiciones claves para un director, el Director de Fotografía y el Primer Asistente del Director. Con respecto al casting, la idea es no solo elegir gente que nos gusta sino con la que uno pueda trabajar bien (eso se puede ya comenzar a ver en las sesiones de casting). Fuera de eso, es fundamental tener una visión clara y hacer "los deberes" antes del rodaje ("pre-visualizations" y todo lo que te puede ayudar en el trabajo). La segunda parte clave del proceso es encarar el rodaje con humildad y confiando en el grupo de gente que uno eligió, transmitiendo claramente esa visión, y creando un clima de colaboración y tranquilidad en el set. ¿Que si me pone un poco nervioso la cosa? ¡Por supuesto! Y creo que un poquito de miedo es bueno. Ese miedo a no arruinar la sopa es el mejor impulso para prepararse lo mas que uno pueda antes del rodaje. ¡Nada como el temor para asegurarse que el paracaídas este en condiciones antes de saltar del avión!

-¿ Intentó vender su guión a algún gran estudio?
Contrariamente a lo que publicaron un par de sitios en Internet, el guión de "Living and Leaving L.A." nunca se mostró a estudios, dado que mi idea fue siempre la de hacerla como película internacional, pero desde Argentina. El único lugar al que envíe el guión en EEUU fue a concursos de guiones, donde el proyecto, por suerte, anduvo muy bien. Ahora que el proyecto ya tiene productores en la Argentina (Veronica Cura y Alex Zito, que son maravillosos), veremos de elegir los socios en EEUU y/o en Europa.

Via: abc guionistas

2 feb 2010

Laura Pousa "Es hora de arriesgar en las series de televisión"

Durante los últimos cinco años, Laura Pousa ha formado parte del equipo de guión de la serie televisiva «Cuéntame cómo pasó» producida por el Grupo Ganga, donde actualmente desarrolla nuevos proyectos, entre ellos «Un país para comérselo» para TVE. Además, es profesora universitaria, crítica de cine y escritora de libros. Estuvo en Mieres formando parte del jurado del Festival de Cortometrajes y allí la entrevistó La Nueva España.

-¿Cómo es el momento actual de las series de televisión?
Estamos en un momento importante en la producción de series, las cadenas están apostando seriamente por la producción nacional. Ahora es el momento de arriesgar y dar pasos hacia adelante.

-¿Siguiendo el camino de Estados Unidos?
Sí, allí han revolucionado el mundo de las series en la última década. Así que como tradicionalmente en España vamos asumiendo sus modas y tendencias, estaremos en una buena situación en los próximos años. Y eso va a favorecer a la industria.

-De USA al barrio de San Genaro. ¿Cómo se escribe un guión en España?
La temporada en «Cuéntame» comienza con reuniones de las siete u ocho personas que trabajamos en el equipo de guionistas. En esas reuniones hacemos constantes tormentas de ideas para ver cuál va a ser el rumbo de la temporada. Luego llega la «biblia», documento base en el que se encuentran todos los rasgos de la serie tales como la descripción de los personajes, su profesión, sus características personales, sus gustos, la relación que tienen entre ellos y un largo etcétera.

-Entonces los capítulos están escritos por todo el equipo.
No. Una vez decidido la estructura, cada guionista se hace cargo de un capítulo en el que escribe los diálogos y la escaleta. Pero debe coordinarse con los otros guionistas para evitar que haya desequilibrios entre los capítulos.

-Entregan los capítulos y se van de vacaciones.
Ya nos gustaría, pero la temporada comienza a emitirse antes de que se acaben los guiones. Seguimos escribiendo y modificando porque en ocasiones un personaje secundario comienza a cobrar fuerza o por el contrario no funciona porque el camino diseñado no encaja con el resto de personajes.

-¿Y el resto del equipo de la productora opina en los guiones?
Una serie de televisión es trabajo de un gran equipo, así que cualquiera puede leer el guión y decirnos que las reuniones políticas no eran así o que en el año 1973 algunos platos se comían en unas partes de España y en otras no.

-Entonces el equipo de guionistas es más amplio.
Termina siendo una aventura intergeneracional. Yo he consultado a mi madre y mi abuela sobre un montón de temas de la vida cotidiana de la época. Como es una época muy reciente de la historia de España, los espectadores mayores tienen que identificarse plenamente con los usos y costumbres de los personajes de la serie. Así que he leído libros sobre la transición en España, biografías, testimonios y visionado muchos Nodos.

-Por lo que dice "Cuéntame" tiene mucho de documental.
Sí, pero es una serie de ficción. Trata temas recientes del país, tiene insertos de imágenes de la época, pero no es un documental.

-Además de guionista es profesora universitaria y crítica de cine. ¿Le sirven estas actividades para conocer mejor la realidad audiovisual?
Como profesora veo que hay gente joven con interés y ganas de hacer cosas. Como crítica cuando escribo pienso lo que voy a decir de la película, no lo que voy a decir al espectador. Creo que las críticas cinematográficas deben hacer un análisis constructivo.

-¿Están de moda los festivales de cine?
Es cierto que hay muchos festivales pero eso es bueno, porque ayuda a que se hagan cosas, que se visualicen los proyectos y que los espectadores valoren lo que se hace en el mercado audiovisual, ya sea nacional o internacional.

-¿Cómo va de proyectos?
Está a punto de estrenarse el programa «Un país para comérselo» en TVE. Es un programa gastronómico que tratará de enseñar a los espectadores la riqueza de los productos de comunidades autónomas, así como diferentes aspectos culturales y humanos. El programa está presentado por Imanol Arias y Juan Echanove .

-Escribimos un guión para usted y le permitimos escoger una cadena de televisión para la que trabajar.
Fácil, la cadena norteamericana HBO. A ella le debemos las mejores series de los últimos tiempos como «The wire», «Los Soprano» o «Carnivale». No me importaría firmar alguno de sus capítulos.

27 ene 2010

Hay más novela negra que policiaca porque es más fácil de escribir

Cuando José María Guelbenzu ‘conoció’ a Mariana de Marco, la jueza especializada en Derecho Penal, a la que las circunstancias de la vida la ponen a rastrear crímenes, comenzó una nueva vida literaria. Cuando el autor de ‘El sentimiento’ publicó en el 2001 ‘No acosen al asesino’, historia en la que por primera vez aparecía el personaje, ya tenía tras de sí una larga trayectoria como novelista, en la que había ganado el premio de la Crítica (‘El río de la luna’) y el Plaza&Janés (‘La tierra prometida’); y como director editorial de los sellos Alfaguara y Taurus.

No acosen al asesino’ protagonizó ayer una nueva sesión de fomento de la lectura del instituto vallisoletano El Pinar de La Rubia, donde fue presentado por la también escritora y profesora del centro Esperanza Ortega. Guelbenzu se dio un baño de lectores jóvenes y explicó los entresijos de un género al que llegó un poco por casualidad. «En principio lo único que quería era escribir una novela policiaca. En esa primera historia Mariana de Marco ni siquiera era un personaje central. Sólo cuando me di cuenta de que podía ser un gran personaje comencé la serie. Y entonces no me preocupaba tanto hacer novela policiaca como seguir al personaje».

Desde entonces otras tres novelas han seguido la vida de la juez, la última, ‘Un asesinato piadoso’ publicada el año pasado. Y de momento no tiene intención de abandonarla. «Es un personaje al que le quedan todavía… por lo menos un par de novelas. Para mí es ante todo un reto. Porque un personaje que se va construyendo novela a novela es un asunto muy arriesgado. De hecho yo estoy tomando notas para el futuro. Porque si, de repente, en una futura novela necesito que tenga un hermano, éste no puede aparecer de la nada, si antes no estaba… Este tipo de cosas hacen que el relato sea complicado y para mí, que no soy nada acomodaticio, un reto personal».

Reconoce que la novela policiaca está viviendo un momento dulce. Pero es muy escrupuloso -aquí le sale la vena de crítico en activo- a la hora de diferenciar con nitidez la novela policiaca y la novela negra, que habitualmente se meten en el mismo saco. «La novela policiaca es fundamentalmente un grupo de sospechosos en torno a un cadáver, y en la novela negra es una novela urbana, en torno a la mafia, el narcotráfico, que a veces se conecta con el género fantástico o con el esoterismo. En la novela policiaca, que es la que yo hago, plantea al lector un juego: usted puede ser el que descubra al asesino. Pero en la novela negra el lector va con la lengua fuera por donde le lleva el autor, que va minando el camino de golpes de efecto, que serían al cine lo que los efectos especiales en las películas de susto que no es lo mismo que el cine de terror».

Cree que lo que tiene éxito de verdad es la novela negra. «Porque es más fácil de escribir. No exige verosimilitud. También en España tiene éxito porque es una manera directa de denuncia social».

Ninguna de sus historias ha sido llevada al cine y es una idea que le atrae muy poco. «Pondría condiciones. De entrada, no me gustaría porque cuando uno inventa un personaje le está pidiendo al lector un esfuerzo de imaginación. Pero si de repente una actriz le pone una cara y un físico, se acaba el misterio».

Del Este

Considera «un rasgo de distinción» tener pocos premios, en un país en el que abundan y «en el que algunos escritores los tienen todos, como se puede comprobar leyendo las solapas de sus libros. Algo totalmente increíble». Y tampoco es de los que se adscriben a un autor fervientemente. «Es que me gustan muchos. Hay tantos escritores que tienen un buen libro».

Maneja tanta información que le resulta difícil hacer un verdadero descubrimiento. Aunque recientemente se ha dejado seducir por ‘El regreso del soldado’ de Rebecca West. Y está seguro de que las sorpresas vendrán de los países del Este, de escritores como el polaco Andrzej Stasiuk y el ucraniano Uri Andrujovic que han escrito al alimón el ensayo ‘Mi Europa’.

Él mientras tanto está dedicado a su próxima novela que no será una novela de género.

14 ene 2010

Shana Feste habla sobre 'The Greatest' con Susan Sarandon y Pierce Brosnan

Se trata de un drama familiar que arranca con el accidente mortal del hijo de una pareja madura. Feste, que estrenó su cinta en Sundance el pasado enero, se formó en Arte Dramático, guión y producción, antes de debutar con esta cinta.

- ¿En qué se inspiró para escribir el guión de la película?
Siempre he sido muy fan de la película "Gente corriente". La primera vez que la vi me impresionó muchísimo y a partir de ese momento empecé a sentirme fascinada por el dolor y los dramas domésticos. Empecé a investigar sobre el tema del dolor causado por la muerte de un ser querido y me inspiraron mucho las historias de padres que habían perdido a un hijo. La increíble vulnerabilidad y honestidad que mostraban me impresionó, al igual que la manera hermosa en la que la tristeza gobernaba su comportamiento. Además, mientras realizaba esta investigación inicial me ocupaba de un precioso bebé que dormitaba sobre mi pecho mientras yo apuntaba ideas en un cuaderno que me llevaba al trabajo todos los días. Trabajé mucho con el amor que sentía por ella, con el amor que ella proyectaba hacia mí y con el poder potencial que tienen los bebés para curar a aquellos que los rodean. La combinación de esas dos experiencias tan diferentes me inspiró para escribir "El mejor".

- ¿Le ha costado mucho hacer la película?
¡Todo lo contrario! De hecho ha sido muy fácil hacer esta película. Mi experiencia anterior para conseguir financiación fue como un paseo en una montaña rusa económica durante el que el proyecto se hizo y se deshizo demasiadas veces. Esperaba que me pasara lo mismo con este guión, pero mis agentes se lo mandaron a un par de productoras, y me quedé prendada de Lynette en cuanto nos conocimos. Supe inmediatamente que era la persona que quería que produjera la película y ella dio con Barbarian que se encargaron de financiarla. Por motivos obvios no iban a firmarnos un cheque en blanco y dejar que eligiéramos libremente a los actores que quisiéramos, sabíamos que teníamos que dar con intérpretes de cierta calidad que pudieran sacar adelante esta película y consiguieran que ésta emocionara al público. Ése fue el proceso más difícil: dar con actores de primera que estuvieran dispuestos a trabajar con una directora primeriza. Gracias a la reputación de Lynette, logramos el apoyo de muchas de las principales agencias que le transfirieron el guión a los actores adecuados. Los agentes de Pierce mandaron el guión a Irish DreamTime y Pierce y su equipo se involucraron en el proyecto. Por no hablar de la tranquilidad que da trabajar con un productor tan respetado y experimentado como Beau St. Clair.

- Como directora de largos primeriza, ¿cómo ha logrado atraer a un reparto tan famoso?
Me gustaría decir que fue gracias a la fuerza del guión. He trabajado detrás de las cámaras en una agencia y allí aprendí que el reparto lo es todo: ellos son el motor que mueve las películas. Sabía que si quería dirigir esta película, necesitaba escribir papeles que atrajeran a los actores. Intenté crear personajes que parecieran honestos y recé para que llegaran a los intérpretes adecuados. Cuando Pierce y Susan aceptaron, les convencí, aunque no sé muy bien cómo, de que sabía cómo había que dirigir un largo, si bien esto distaba completamente de la verdad, pero tenía un libro con ideas visuales y paletas de colores y storyboards caseros y, lo que es más importante, mucha pasión y eso me sirvió para transmitir la historia. Gracias a dios confiaron en mí y se arriesgaron a trabajar en el proyecto.

- Como guionista del film, ¿cuál es la esencia de la película y de los personajes?
Es un filme sobre una familia que se recompone. Hice que los personajes pasaran por la situación más terrible que puede vivir un ser humano y compartí su dolor de una manera tan intensa que sabía que tenía que hacer algo para que se sintieran mejor. Quizá les pueda parecer que encajo en el cliché de escritora que viene de un hogar roto, pero sabía que tenía que “arreglar” a esta familia y sabía que todo iba a acabar bien al final. Espero haber escrito una historia sobre el amor y la fuerza de la familia.

- ¿Cuánto duró el rodaje? ¿Dónde se ha rodado?
El rodaje duró 25 días y filmamos en la zona Nyack de Nueva York.

- ¿Cuál es su escena favorita de la película?
En mi escena favorita vemos que Carey sostiene a su bebé recién nacido. Era un bebé de verdad y creo que a Carey le daba mucho miedo cogerla, de hecho puede que fuera una de las primeras veces que cogía a un recién nacido. El resultado final es una extraordinaria combinación de miedo y emoción, y me encanta la mirada que tiene cuando sonríe a la familia Brewer antes de bajar los ojos hacia su bebé. Se me empañan los ojos cada vez que la veo.

Via: abcguionistas

16 nov 2009

McKee y la decadencia del oficio de guionista

Lo llaman el gurú del guión, y es tan célebre que el guionis­ta Charlie Kaufman lo con­virtió en personaje. Robert c es ese tipo mala onda, interpreta­do por Brian Cox, que le grita a Nicholas Cage en la escena de la clase de guión en "Adaptation - El ladrón de or­quídeas". McKee estuvo en Buenos Aires con el seminario con el que viaja por el mundo desde hace 25 años y dialogó sobre el lu­gar del guión en el cine. Detrás del concepto de autor cinematográfi­co, señala, hay un equívoco que derivó en un profundo desprecio por la escritura de guiones.

El tema es casi tan viejo como el cine, y ha sido objeto de innu­merables polémicas. El lugar del guión es complejo: es el punto de partida de una película, pero no es en sí mismo una obra. En los 50, los redactores de Cahiers du Cinéma impulsaron la política de los autores . El realizador pasó a ser el verdadero autor, capaz de expre­sarse con estilo propio, como un escritor con su pluma. Pero esta noción, aún vigente, también dio lugar a una distorsión que con­denó a los realizadores a escribir sus guiones para ser considerados autores.

"En la época de oro del cine eu­ropeo, del neorrealismo italiano a la nouvelle vague francesa, la belle­za de las películas se basaba en los guiones. Detrás de muchas obras neorrealistas hay un gran escri­tor que nadie conoce porque no dirigía: Cesare Zavattini", señala McKee. Y observa que directores como François Truffaut o Ingmar Bergman eran, además, talentosos guionistas. "Ellos entendían que sin una buena idea, expresada de una forma bella en una historia, no importaba lo que pudieran hacer como directores, porque el estilo no es la sustancia. Pero los críticos creían que la personalidad del director y el modo en que fil­maba y componía eran las marcas autorales, no veían el trabajo del director como la interpretación de una historia. Y el resultado fue el desprecio por los guiones".

Esta interpretación de la teo­ría del autor derivó en la idea de que, para ser considerado un au­tor, el director tiene que escribir él mismo el guión. Pero ni Alfred Hitchcock ni John Ford escribían sus guiones y nadie dudaría en considerarlos autores. En el cine argentino surgido en los noventa, esta confusión es frecuente. Hay directores que son también talen­tosos guionistas. McKee mencio­na a Lucrecia Martel y a Fabián Bielinsky. Pero hay otros que no, e igual escriben sus guiones con resultados dispares. Pablo Solarz y Patricio Vega son guionistas pro­fesionales de esa generación. Los dos coinciden en que hay un cier­to recelo por la autoría. "Un buen director de cine de autor participa del proceso del guión y dirige al guionista desde que empieza a tra­bajar. No necesita ser el autor del guión, es el autor de la película", observa Solarz, guionista de Histo­rias mínimas y Un novio para mi mujer . "En el cine de autor se le tiene miedo al guionista, como si al sumar un guionista se resignara autoría, identidad o particularidad. Y es al revés: un guionista puede ayudar a que un director se luzca más", señala Vega, que dirige la escuela El laboratorio de guión y entre cuyos trabajos se cuentan Música en espera o La señal.

Para McKee, escribir y dirigir son talentos distintos. "Cuando los directores intentan escribir, a veces surgen grandes problemas, porque dirigir es un arte interpre­tativo. El director de cine es como el director de orquesta, dirige la música compuesta por otro. Y los buenos directores de orquesta no siempre son buenos composito­res. Muchos directores ni siquie­ra quieren escribir, pero lo hacen porque creen que si no, no serán considerados autores".

Una de las consecuencias de este equívoco es la precariedad laboral de los guionistas. Fuera de la televisión, donde la produc­ción seriada ofrece condiciones de trabajo más estables, la situación del guionista de cine en Argentina es bastante aleatoria. Puede ser el autor de un guión original, adap­tar una obra, colaborar con otro guionista o con un director. Pero son pocos los guionistas de cine que escriben de manera regular. Aída Bortnik, guionista de La his­toria oficial , y Fernando Castets, coguionista de varias películas de Juan José Campanella, son dos de los más reconocidos. La escritura para cine suele ser una actividad episódica, desempeñada por guio­nistas de televisión o por escrito­res, como Marcelo Birmajer. "El espacio para la escritura profesio­nal de guiones es restringido por el tiempo y por el presupuesto que se asigna, y eso se nota en los re­sultados", observa Solarz.

Para mejorar estas condiciones, un grupo de guionistas creó hace dos meses el Círculo de Guionis­tas Cinematográficos. Es que la falta de reconocimiento se refleja incluso a nivel institucional. Un ejemplo: el espacio para guionis­tas en los comités del INCAA que seleccionan lo que se va a filmar, está ocupado hoy por guionistas-directores de una asociación de directores, y no por representan­tes de la asociación que nuclea a los autores.

Para pensar la cuestión del guión, hay que distinguir entre esos dos momentos que son el cine clásico y el cine moderno. El cine clásico comprende la produc­ción de los estudios desde el inicio del sonoro hasta fines de los años cincuenta, y se caracteriza por un relato que sigue las reglas del tea­tro clásico, con una concepción de los personajes cercana a la de las novelas del siglo XIX. El cine mo­derno nace con Ciudadano Kane , de Orson Welles, y el neorrealis­mo italiano en la década del cua­renta, y continúa con la nouvelle vague . En el relato moderno, la concepción del personaje y de su relación con el mundo cambia.

Pero lo que puede enseñarse sobre la escritura de guiones pro­viene del cine clásico, que permite identificar algunas constantes. El guión de cine moderno es más complicado para la enseñanza. El historiador del cine Fernando Martín Peña observa: "El cine moderno no puede formar escue­la. (Michelangelo) Antonioni no puede ser imitado. Antonioni pue­de explicarse a sí mismo, pero no puede decir 'esto hay que hacerlo así'. Porque si otro trata de hacerlo y no tiene su sensibilidad poética, no funciona".

Aunque la escritura de guiones es muy compleja, McKee observa que en las escuelas de cine no se le presta la debida atención: "Se habla mucho de dirigir, pero no se formula una pregunta funda­mental: dirigir qué. En muchas escuelas se cree que hacer pelí­culas con la estructura clásica no es arte, porque eso es lo que hace Hollywood. A partir del cine mo­derno, se pensó el diseño clásico como equivalente a comercial, y si uno quiere ser reconocido como artista, tiene que recurrir a otros modos de narración. Pero no hay una contradicción necesaria entre el arte y el éxito comercial, como tampoco hay garantía de arte en las películas de arte y ensayo". Vega coincide: "El llamado nuevo nine argentino surgió a partir de las escuelas de cine y se caracteri­zó por la ruptura de la historia. Se buscó algo distinto, sin progresión ni giros dramáticos, y está bien, es una opción. Pero eso llevó a que se desdeñara el contar una his­toria, y una cinematografía tiene que tener distintas opciones".

El guión no funciona de la mis­ma manera en el cine clásico y en el cine moderno y lo fundamental es entender cada guión dentro del registro y las pautas que establece. El prejuicio llevó a identificar un tipo de relato con el arte y otro con el entretenimiento. McKee discu­te esa idea. "El diseño clásico es la forma en que las personas ven la vida. No es casual que todas las culturas, en todos los tiempos, narren sus historias así. La gente cree que sus mayores problemas tienen que ver con el mundo ex­terno, y el diseño clásico se ocupa de esos conflictos. Los otros mo­dos de narrar historias se ocupan de los conflictos internos del ser humano y son variaciones de esa gran forma. A medida que uno se aleja del diseño clásico, disminu­ye el público, pero no porque unas películas sean mejores o peores que otras. Nada que ver con la ca­lidad: sino con la forma en que la mente percibe la realidad".

Via: abcguionistas

28 oct 2009

Agatha Christie nos habla de sus criaturas

Los seguidores de la gran dama del crimen por excelencia tienen una nueva pieza de coleccionista para atesorar. Se trata de una serie de grabaciones que Agatha Christie realizó a mediados de los sesenta para preparar su autobiografía. Esta se publicó póstumamente en 1977 y las cintas han permanecido olvidadas en la antigua casa de Christie en Devon hasta que su sobrino Matthew Prichard las encontró en una caja de cartón.

Se trata de 27 cintas de treinta minutos en los que Agatha Christie habla de su vida, su obra y su proceso de creación. Descubrimos así, por ejemplo, que basó su personaje de Miss Marple en su propia abuela, una persona alegre que sin embargo pensaba siempre lo peor de todo y de todos, y acertaba con una escalofriante precisión. En un extracto publicado en internet conocemos otro hecho sorprendente, y es que la autora nunca concibió a Miss Marple como un personaje principal. Más bien llegó y se hizo hueco, con no pocos celos de su rechoncho y agudo hermanito belga.

Escucha a Agatha Christie hablando sobre Miss Marple y Poirot

No tengo ningún recuerdo de escribir Asesinato en la vicaría. Ni siquiera recuerdo porqué elegí a un nuevo personaje, Miss Marple, para que hiciera de sabueso en el caso. Con toda seguridad no tenía intención en ese momento de continuar con ella por el resto de mi vida natural.

9 sept 2009

Guionistas detrás de True Bood (Tv) explican su éxito

Para el que aún no siga esta genial serie de Tv de la cadena HBO, déjame contarte que se basa en una realidad alterna en la cual los vampiros habitan con los humanos como se tratara de una raza de inmigrantes. Con sus leyes, reglas y un respeto hasta cierto punto entre ambas "especies". Pero tranquilos, porque estos vampiros han aprendido a subsistir tomando una bebida llamada True Blood, que hace una suerte de complemento alimenticio para estos y de esta forma no tienen que andar cobrando victimas. La serie se encuentra llegando al final de la segunda temporada y es una de las más populares del momento.

Su guionista Charlaine Harris explica su éxito: True Blood

"La gente (el público) está obsesionada con los vampiros por su inmortalidad y el paso de los años que en definitiva no los afecta. Ellos siempre están en buen estado físico y no necesitan ir al gimnasio."

Desde mi punto de vista tratar de explicar por que en los últimos tiempos se ha puesto de moda el tema vampiro es uy complicado. Quizás ese factor romance entre vampiro y humana tiene mucho que ver y en su suceso que se repita en Twilight y ahora en True Blod. No obstante en otras historias en el pasado también han contado algo similar a eso y no ha tenido suerte.

Para mi tiene mucho que ver que ahora estos nuevos vampiros son mucho más buenos que los anteriores. Edward Cullen en Twilight no es más que un muchacho que asiste a una secundaria, por su lado Bill Compton el principal de True Blood es un veterano con apariencia de treintañero que parece más a un galán de telenovela que otra cosa. También está su colega de la misma especie "Eric Northman", interpretado por el actor Alexander Skarsgård, que es un rubio de casi tres metros de alto con el pelo largo que hace las delicias de la audiencia femenina.

Podría agregar que si prestan atención en True Blood no hay actores obesos ni de físicos descuidados, sino todo lo contrario. El factor sexual es un condimento característico de esta serie que lo muestra con cuentagotas.

"Culminando, creo que la temática Vampiros buenos y enamorados de humanas bonitas ha llegado para quedarse y es el principio de algo que dará para rato!"

Via: wappy

10 feb 2009

"Una novela hay que destrozarla para hacer de ella un guión de cine"

El éxito alcanzado en Italia por el Tratado sobre la resaca (2003), de Juan Bas (Bilbao, 1959), hizo que el editor italiano encargase a su autor otro libro, un experimento entre el ensayo y la ficción cargado de una buena dosis de humor sobre las penas que causa la pérdida del amor. El resultado es La resaca del amor. Cómo reaccionamos cuando nos rompen el corazón (Temas de Hoy), que llega ahora a las librerias españolas tras su publicación en Italia. La resaca del amor es la primera obra que Bas publica después de recibir en 2007 el Premio Euskadi de Literatura en Castellano por su novela Voracidad, informa El País.

Para empezar, Bas advierte de que no ha escrito una obra de autoayuda. "Es un libro de ficción, con un componente de ficción, una sucesión de relatos contados de una manera diferente, con un tratamiento de humor ácido", explica. La resaca de amor plantea un juego al lector con numerosas citas literarias y cinematográficas, que no desvela sus verdaderas reglas hasta el final. "Es un cajón de sastre, un libro escrito con total libertad en el que puedo contar una anécdota, un chiste o recrear historias que salen a colación con el tema", opina su autor. Más que cinismo, Bas reconoce en las páginas del libro ciertos toques de exageración y de la fábula que le llevan a bautizar a los protagonistas con nombres de animales.

La resaca del amor llega al público entre Voracidad y la novela que Bas está escribiendo actualmente para cerrar su anunciada trilogía sobre el exceso, que inició con Alacranes en su tinta (2004). El descanso entre dos novelas con una obra de encargo no le ha supuesto un trauna: "He sido muchos años guionista. Escribir por encargo no me parece un trabajo menor. Sinceramente, la idea no se me habría ocurrido".

Bas aventura que con La resaca del amor concluye su serie de libros con apariencia de ensayo. Ahora está volcado en las primeras cien páginas de la novela Ostras para Dimitri, la obra que pondrá punto final a su trilogía con una historia protagonizada por un mafioso ruso de ascendencia navarra. Cinéfilo confeso, Bas asegura que procura evitar la influencia de la narración cinematográfica en sus novelas. "Un guión es otra cosa. Soy el escritor más irrespetuoso con la novela si hay que adaptarla al cine. Hay que destrozarla para hacer de ella un guión de cine", sostiene.

Mientras trabaja en esa nueva novela, el escritor espera la llegada de un editor dispuesto a publicar El saxo es mi marido, una novela con dos historias separadas por cien años y unidas por la importancia de la pasión sexual.

Bas atribuye su continua producción literaria a una sola razón: vive de los libros. "Tengo que producir. Soy como un oficinista que escribe todos los días con un horario de trabajo. Y así poco a poco van saliendo las páginas", reconoce. Como Los desastres de Asier Cabezón, una novela de humor destinada al público juvenil, escrita con su hija María, de 13 años. "Ha sido muy enriquecedor. Nos ha unido a padre e hija", concluye.

Via: abcguionistas

19 dic 2008

¿Quieres ser guionista?, pues olvida todo lo que sabes

Daniel Tubau con su nuevo libro, Las paradojas del guionista, intenta desmontar los tópicos que rodean al mundo del guión. Un hombre de excepciones más que de normas, rehuye de las formas magistrales ya que las grandes recetas dogmáticas suelen dejar fuera las dudas, las dificultades y los propios medios de la creación. Un libro que no solo se dirige a profesionales de la televisión y cine, también a todos los interesados en el arte de contar historias desde una perspectiva narrativa.

Más de veinte años de experiencia como guionista y director en decenas de programas y series de televisión. Periodista y escritor. Actualmente guionista freelance y profesor en cursos y master para guionistas. Nosotras hemos hablado con él, ¡Conócelo!

1. Afirma que en el trabajo de guionista uno se da cuenta que mejor olvidar todo lo aprendido en manuales, en cursos? Sin embargo, ¿Usted se arriesga a escribir un manual para guionistas?

Esta es la primera paradoja del libro, “Decir que no se deben seguir normas ya es una norma”;. Para aprender algo nuevo hay que hacer un esfuerzo no para olvidar lo que ya se sabe, pero sí para dejarlo temporalmente en suspenso, ya que nuestros prejuicios nos impedirán percibir ideas que parezcan chocar con ellos.

2. En el libro usted dice que el guionista debe hacer creer al espectador de que es libre, pero no debe serlo.¿El guionista por tanto manipula al espectador?

Por supuesto, el guionista, al menos el de ficción, siempre manipula al espectador, decide no sólo qué parte de la realidad quiere seleccionar, sino la manera en la que la quiere contarlo y el orden de los acontecimientos. En la vida real a menudo es difícil saber cuál es la causa y cuál es el efecto, pero en la ficción, el simple hecho de poner una cosa antes que la otra trasmite al espectador la sensación de que lo primero es causa de lo segundo.

3. ¿Cómo se entiende que el guionista cree sus leyes y a la vez esté sometido a ellas?
El espectador está dispuesto a presenciar una historia que trascurre en un mundo de ficción y, en este sentido, acepta que le cuenten cómo funciona ese mundo, por ejemplo el de El señor de los anillos o Bambi. Pero una vez definidas las reglas de ese mundo, el guionista también debe seguirlas, si no, el espectador se sentirá estafado. En una historia heroica infantil clásica, el héroe puede tener poderes mágicos, pero su actitud ha de ser la de un héroe que busca el bien. En una historia realista, el protagonista podrá ser bueno o malo, pero no puede resolver de repente algo por arte de magia.

4. Dice que saber menos a veces es mejor que saber más. ¿En el mundo del guionista funciona la regla del menos es más?

Esto se debe entender en el mismo sentido que lo de los prejuicios y las normas: siempre es bueno saber más, pero el conocimiento también puede bloquear la creatividad al considerar que hay cosas que se pueden hacer y cosas que están prohibidas.

5. ¿Cómo se consigue escribir lo de siempre pero de una forma original?

No copiando literalmente lo de siempre. Por ejemplo, copiando de muchos lugares diferentes y aportando alguna cosa nueva, como se hace en Matrix, que copia ideas como el mito de la caverna de Platón y los viajes de Alicia de Lewis Carroll, mezclándolo con la estética del anime (animación) japonesa y llevando todo eso al futuro y al mundo de los ordenadores y la realidad virtual.

6. Usted ha afirmado que las mejores producciones están en el continente asiático ¿Qué las hace diferentes?

Es difícil contestar, pero algunos aspectos llamativos son la importancia que se le da al sonido, tanto a nivel de guión como técnico; a la imagen, con ejemplos extraordinarios como la fotografía de Christopher Doyle en las películas de Wong Kar Wai. Aparte, da la sensación de que en Corea del Sur, China (incluyendo Hong Kong) y Japón, su estética es la del siglo XXI, mientras que la nuestra es todavía la de los años ochenta del siglo pasado. Pero no sólo desde el punto de vista formal: también las historias que se cuentan me parecen muy intereresantes.

7. ¿En nuestro país se hacen buenas producciones?

Creo que no tantas como sería deseable.

8. ¿Dónde encuentra usted la inspiración?

En todo, pero no necesariamente en cosas que tengan que ver con el guión, el cine o la televisión. En la mitología, la literatura, la vida diaria, el cómic, la ciencia, el conocimiento de otras culturas y, sobre todo, en la combinación de estímulos lo más diversos posible.

9. ¿Cuál es la clave de un buen guión?

Esta sería una de esas respuestas del millón de dólares, que haría inútil la publicación de libros acerca del guión (como el mío). No creo que haya una respuesta única y tampoco creo que todos estemos de acuerdo en qué es ?un buen guión?. Pero se pueden dar algunos consejos que pueden ser útiles, que es lo que intento en mi libro.

10. ¿Una buena producción?

Si te refieres a una película que me guste especialmente, All that Jazz (Empieza el espectáculo), de Bob Fosse. En televisión, la serie A dos metros bajo tierra.

14 dic 2008

Stephenie Meyer habla de "Crepúsculo" y su guión

En 2003, Stephenie Meyer, madre de tres hijos muy hogareña, empezó a trabajar en su primera novela. Tres meses más tarde, acabó Crepúsculo, que acabaría convirtiéndose en uno de los libros más vendidos y adorados de la década. La historia de un romance imposible entre Bella, una adolescente difícil, y Edward, un vampiro moderno

¿CÓMO RESULTÓ VER CREPÚSCULO EN LA GRAN PANTALLA POR PRIMERA VEZ?
Fue toda una experiencia. Al llegar estaba aterrada porque, si era mala, ¿qué iba a decir? Había tiempo para cambiar pequeñas cosas, pero no podíamos volver a empezar desde cero si me parecía horrorosa. Estaba muy preocupada... Era un montaje preliminar, así que llevaba una libreta para ir tomando notas sobre lo que había que cambiar. Me senté, lista para empezar y muy tensa. Empezó la película... y se me olvidó por completo para qué estaba allí y me limité a disfrutarla. Me quedé tan absorta que, cuando terminó, lo único que quería era volver a verla.

DEBE DE RESULTAR UNA EXPERIENCIA SURREALISTA VER COBRAR VIDA A SUS PERSONAJES.
Muchísimo... Pero, la verdad, eso ya pasó cuando tuve ocasión de visitar el plató de rodaje. Fue entonces cuando tuve esa sensación. Estaba allí sentada en la cena la primera noche. Todos llegaron vestidos como sus personajes, porque venían de una sesión fotográfica... Yo estaba: “un momento, todos éstos son personajes imaginarios, y aquí están”... Fue muy extraño.

HA COMENTADO QUE LA IDEA PARA CREPÚSCULO SE LA DIO UN SUEÑO. ¿DE QUÉ IBA ESE SUEÑO?
El sueño está bastante bien recogido en el capítulo 13 del libro. Todavía puedo verlo. Era un sueño muy extraño, no había tenido ninguno así antes, ni lo he vuelto a tener. Estaba observando un prado perfectamente circular, en el que un chico y una chica mantenían una conversación. Ella no llamaba especialmente la atención, pero él refulgía al sol. Era guapísimo. Y era un vampiro. Le decía cuánto deseaba matarla y, aun así, cuánto la quería. Me desperté pensando: “¿Qué habrían dicho a continuación?” Lo escribí. Y fue realmente ese proceso de escribirlo lo que me enganchó. Escribí las diez primeras páginas, la mayoría con el más pequeño de mis hijos en el regazo, viendo Blues Clues por encima de mi hombro.

¿HA SENTIDO SIEMPRE FASCINACIÓN POR LOS VAMPIROS?
Para nada. Soy muy miedica. No veo películas de terror. Ni siquiera entiendo por qué a la gente le gusta que le den miedo a propósito. Es evidente que estoy en una clara minoría en ese aspecto (ríe)... Para mí, un vampiro no era más que la personificación de una persona que está en una mala posición, a la que le dicen: ‘No puedes ser más que lo que eres’. Y entonces ellos dicen: ‘No pienso ser lo que soy, voy a ser lo que yo quiero ser’. Eso me encanta. O sea, he tenido una vida bastante fácil, pero ves a gente que ha tenido que superar obstáculos enormes. Y esto me pareció una metáfora de fantasía para ese tipo de persona.

¿SERÍA JUSTO DECIR QUE SE IDENTIFICA CON ELLOS?
Sería más justo decir que los admiro, porque no he tenido que pasar por eso. Siempre he tenido libertad para ser quien quería ser. Pude hacer las elecciones que quise. No fue difícil. Así que admiro a la gente que no tiene esas ventajas, a los que pretenden convertirlos en algo que no quieren y dicen: ‘No, no pienso hacerlo’...

¿QUÉ HAY DE BELLA?
Mi vida ha sido muy distinta a la suya, la verdad. Creo que ése era parte del atractivo de escribir sobre ella. Cuando yo tenía 17 años, estaba muy protegida. Mis padres llevaban toda la vida juntos. Tenía un montón de hermanos y hermanas y una vida familiar que me brindaba mucho apoyo. Pude ser niña durante mucho tiempo. Y aquí tenemos, por otro lado, a una chica que nunca ha podido ser niña, que siempre ha tenido que esforzarse mucho y comportarse como un adulto. Me gustó escribir sobre una experiencia vital completamente distinta a la que yo había tenido. Es muy distinta a como yo era entonces.

¿CÓMO MANTIENES EL EQUILIBRIO ENTRE ESCRIBIR Y SU PROPIA VIDA FAMILIAR?
Con Crepúsculo, estaba realmente obsesionada con [escribir] la historia. Aunque estaba físicamente presente, haciendo todo lo demás que tenía que hacer, mi mente estaba en otra parte. Durante tres meses, estuve ausente. Eso resultó extraño. Y aprender a mantener ese equilibrio ha llevado su tiempo. Cuesta mucho dejar a un lado una historia cuando estás enfrascada en ella. Es algo en lo que todavía estoy trabajando.

¿CUÁL ES SU RÉGIMEN DE TRABAJO?
Me he acostumbrado a revisar durante el día. No hay nada más frustrante que cuando estoy en mitad de una historia y alguien desvía mi atención a otro tema. La retomo 15 minutos más tarde y ya no tengo ni la más remota idea de qué estaba haciendo, no puedo recuperar el hilo. Así que escribo mejor a partir de las 6 de la tarde, cuando sé que no me va a llamar nadie. Meto a los niños en la cama, conecto los auriculares y escribo durante tres o cuatro horas hasta que me quedo dormida. Ése viene a ser más o menos mi régimen (ríe).

¿QUÉ EXPECTATIVAS INICIALES TENÍA CON CREPÚSCULO?
No tenía expectativas. No esperaba que lo leyera nadie más que yo. Y entonces mi hermana se entrometió y me sonsacó el secreto: que estaba escribiendo algo. Fue ella quien dijo que tenía que intentar que me lo publicaran y no dejó de darme la lata hasta que lo hice. Naturalmente, pensé que lo rechazarían. Cuando un agente lo aceptó, esperaba que ninguna editorial quisiera siquiera acercarse. Y cuando mi editorial dijo que quería tres libros más, pensé que serían todos un fracaso... Como podrás comprobar, soy bastante pesimista. Y como soy pesimista, me he ido sorprendiendo a cada paso. Todavía me cuesta creer que esté aquí sentada haciendo esto. Me cuesta creer que mi libro se haya convertido de verdad en una película que me encanta. O sea, ¿quién lo habría imaginado? Es una locura.

¿CÓMO SURGIÓ LA PELÍCULA?
Las opciones iniciales de compra de los derechos del libro llegaron a principios de 2004, año y medio antes de su publicación. Alguien había visto el manuscrito del borrador original. Lo llevó a un par de sitios. Recibimos varias ofertas de distintos productores... Y fue difícil. No esperaba tener que tratar ese tema tan pronto, dado que el libro no estaba todavía en la calle (ríe). ¿Por qué estamos hablando siquiera de películas? Pero, ya sabes, tuve que sopesar mis opciones. No soy una persona que asuma riesgos, pero pensé que la posibilidad de verlo trasladado a la gran pantalla, aunque solamente lograran hacer una escena bien, merecía la pena. Así que me dejé llevar.

¿EN QUÉ DIFIERE LA PELÍCULA DEL LIBRO?
Tuvimos que cortar muchas cosas... “Tuvimos” (ríe). Debería decir, Melissa [la guionista, Melissa Rosenberg], tuvo que cortar. No se me da nada bien cortar, así que menos mal que no me encargaba yo de eso.

SUPONGO QUE ÉSE ERA EL PRINCIPAL RETO AL ABORDAR LA ADAPTACIÓN.
Eso creo yo. Hay que tener en cuenta, además, que es un libro muy interno. Está escrito desde la perspectiva subjetiva de Bella, y buena parte del mismo son sus pensamientos e ideas.

DE LOS CUALES ALCANZAMOS A VER ALGO EN LA PELÍCULA.
Un poco, sí. Hay una voz en off que permite hacerse una idea de lo que está pensando, pero el libro tiene mucho de eso. Y eso es difícil de hacer, trasladarlo para que no te pierdas quién es ella. Creo que Melissa hizo un trabajo excelente. También pudo hacer cosas, como tomar tres o cuatro escenas y crear una sola nueva a partir de ellas, como la excursión del colegio al invernadero, por ejemplo. Es fascinante cómo ha logrado hacerlo. Alucinante. Muy inteligente.

LAS TRES PRINCIPALES FUERZAS CREATIVAS DE LA PELÍCULA SON MUJERES: USTED MISMA, LA DIRECTORA, CATHERINE HARDWICKE, Y LA GUIONISTA, MELISSA ROSENBERG. ¿SE HA CONSEGUIDO CON ELLO UNA PELÍCULA MÁS SÓLIDA?
No estoy muy segura de hasta qué punto eso resultó una ventaja, porque yo nunca había hecho esto antes. Pero yo diría que fueron cuatro mujeres, no tres, porque también incluiría a Kristen [Stewart], ya que fue una parte importante de ello. Trabajamos todas juntas y fue como la seda. ¿Es porque todas éramos mujeres o porque todas teníamos la misma imagen mental? No estoy segura. Todo lo que sé es que trabajamos muy bien juntas y que conseguimos una concentración singular.

IGUAL QUE EN SU NOVELA... ¿LE SORPRENDE QUE CREPÚSCULO HAYA ALCANZADO TANTO ÉXITO Y POPULARIDAD EN EL EXTRANJERO?
Ni siquiera esperaba que fuera popular aquí. Y, cuando se empezó a publicar en otros países, no sabía qué tal podría traducirse. Trata de una pequeña localidad de los Estados Unidos y a mí me parecía muy local. ¿Podría la gente de Alemania conectar con este personaje, con su experiencia en un instituto norteamericano? ¿De verdad le importaría a la gente en España? Así que el hecho de que hayan respondido igual ha sido verdaderamente genial. O sea, ¿recibir un mensaje de correo electrónico desde las Filipinas de alguien que adora tus historias? ¿En serio?

¿ASPIRÓ SIEMPRE A CONVERTIRTE EN NOVELISTA?
No. Nunca lo vi como una carrera. Incluso cuando me especialicé en la universidad en literatura inglesa... pensé que estaría bien ser editora, pero era poco realista. No tenía ninguna posibilidad de conseguir un trabajo así... ¿Escribir? No puedes ganarte la vida escribiendo... Es imposible. Y si me hubiera parado a pensar: ‘estoy escribiendo un libro; voy a empezar una carrera’, no podría haberlo hecho. Habría sido demasiada presión. Me alegro de haberlo escrito simplemente para mí. Así resultó una mejor experiencia.

LA HAN COMPARADO CON J. K. ROWLING...
La verdad es que la primera vez que lo oí me resultó muy halagador. ¿Quién lo habría siquiera imaginado? Pero, al mismo tiempo, me pareció injusto para ella (ríe). O sea, nunca habrá otra J. K. Rowling. Soy una grandísima fan suya. ¿Quién, en toda la historia, ha logrado agradar a tanta gente a la vez? Me tiene completamente anonadada.

¿ASÍ QUE HARRY POTTER ES BÁSICO EN SU CASA?
Como en todas, ¿no? (ríe)

¿HAY LIBROS A LOS QUE VUELVE UNA Y OTRA VEZ?
Claro que sí. Suelo releer libros. Si me gusta un libro, me gusta volver a él y experimentarlo de nuevo. El primer libro que leí en mi vida fue La espada de Shannara, de Terry Brooks. Seguramente lo leí como diez veces el primer año... Leí Mujercitas una y otra vez. Lo que el viento se llevó, varias veces. Todavía leo Orgullo y prejuicio todos los años. Y me encanta Orson Scott Card. He leído todas sus obras, al menos dos veces; Ana de las Tejas Verdes, cientos de veces, toda la serie. Me encanta vivir en un mundo de fantasía, así que tiene sentido que haya acabado escribiendo sobre ellos.

¿POR QUÉ HAN CONECTADO SUS LIBROS CON TANTÍSIMOS LECTORES?
Me ha sorprendido a menudo que pudiera tener tan amplia acogida cuando estaba escrito para un público tan específico. Quizá sea porque creí mucho en él. Mientras lo escribía, creía realmente en ello. Y me parece que es algo que se puede apreciar. Los niños, sobre todo, detectan rápidamente cuando algo resulta falso. Si simplemente lo hubiera escrito, tratando de llegar a otros, en plan ‘esto está muy de moda ahora, seguro que vende’, se habrían dado cuenta de que era falso.

¿CUÁLES SON SUS PRÓXIMOS PROYECTOS?
Bueno, estoy trabajando en un par de cosas. Pero me cuesta mucho hablar de ello... Los fans tienden a tomárselo como un contrato: ‘Dijiste que estabas trabajando en esto, ¿cómo es que todavía no lo tengo?’ Ya sabes, son simplemente ideas en las que estoy trabajando y a veces la cosa puede hacerse muy fluida... Pero tengo dos historias. Una es similar a lo que ya he hecho, en el sentido de que parte del mundo es el que conocemos, con ciertos elementos de fantasía... ¡En ésa hay un fantasma! La otra es un mundo completamente de fantasía, que viene a ser como volver a mis raíces con La espada de Shannara. Y ésa tiene sirenas (ríe). Yo siempre incorporo algún elemento fantástico. ¡Los humanos corrientes me aburren!

¿QUÉ ESPERA DE LA PELÍCULA?
La verdad es que mi principal ilusión ya se ha hecho realidad. Quería disfrutarla, quería ver a mis personajes cobrar vida, de modo que, lo que realmente buscaba, ya lo he conseguido. Sí, es una razón muy egoísta para hacer una película, para disfrute de una sola persona, pero lo conseguí (ríe). Supongo que ahora espero que mis fans disfruten de esa misma experiencia, que es como leer Crepúsculo por primera vez. Porque, para mí, fue como volver a escribir Crepúsculo. Para mí, los sentimientos fueron los mismos de la primera vez que descubrí la historia.

Via: abcguionistas

2 dic 2008

Entrevista a la guionista de Crepúsculo

"No quiero ser la persona que arruinó Crepúsculo", dijo Melissa Rosenberg en una reciente tarde, días antes de la película saliera al cine ganando $ 120 millones de dolares.


Ese éxito ha validado, al menos financieramente.Rosenberg, un productora ejecutiva de la serie de tv Dexter quien escribió, Step Up y The O.C. "Sabíamos que si íbamos de acuerdo al libro, si eramos honrados, los fans estarían de nuestro lado", dijo."¿Cómo puedes mostrar la experiencia exterior de Bella?" pregunta Rosenberg.

Rosenberg hizo algunos cambios fundamentales en las escenas en la que Bella y su amado vampiro Edward (Robert Pattinson), hablan en su habitación, se abrazan, y piensan profundamente mientras son atrapados en la intensidad febril del primer amor.

Otro reto, dice Rosenberg, fue el equilibrio de su proceso creativo con el trabajo y los deseos de Stephenie Meyer ."En un sentido metafórico, fue una colaboración muy íntima", dijo. "Una vez que me reuní con ella, me di cuenta de ella no se trataba de alguien que iba a usurpar mi visión creativa y, más importante aún, mi visión creativa estaba en sincronía con la suya".La aprobación final de Meyer en guión fue uno de los elogios mas grandes en la carrera de Rosenber, dijo la guionista.

"Mi trabajo es, en algunos puntos, para salir de la forma en que lo lleva el autor, para no sobreescribir ese es el trabajo de la guionista, a diferencia de un novelista." Rosenfeld ve un montón de paralelismos entre la escritura y la escritura Crepúsculo y Dexter. Melissa hace mención de lo que cree es el tema fundamental de la historia: "Las grandes posibilidades del amor y el compromiso y las más pequeñas cosas, como el calor físico, son las que me atraen. Eso por eso que la historia es un corazón, la exploración de la condición humana".

Reflexion sobre cine, literatura y guiones

Los jóvenes de mi generación querían ser poetas, pero algunos soñaban con la poesía porque el cine era un sueño que parecía imposible. Hoy los jóvenes sueñan y se complacen con el cine. A mí siempre me gustó el cine, pero únicamente me convertí en cinéfilo. Me involucré en esa actividad sólo después de haber escrito dos docenas de libros. Mi intervención ha sido como guionista, aunque debo confesar que me gustaría también ser director.


He escrito guiones basados en novelas o cuentos míos: El gran arte, El caso Morel, que desafortunadamente no fue terminado, Bufo & Spallanzani, Informe de un hombre casado, y acabo de escribir el guión de Diario de un libertino. También he escrito guiones originales (Stelinha, La extorsión) y guiones basados en novelas de otros: El hombre del año, basado en el libro El matador, de Patrícia Melo, dirigido por José Henrique Fonseca.

¿Qué es más difícil?

Lo más difícil es hacer un guión basado en una obra literaria ya publicada, como sucedió con El hombre del año. Hasta en los casos en que yo mismo soy el autor de la obra, como Bufo & Spallanzani, el guión fue más difícil de escribir. Si le preguntaran a Jean-Claude Carrière, que ha escrito decenas de guiones, qué fue más laborioso y difícil de hacer, el guión de La insoportable levedad del ser, basado en el libro de Milan Kundera, o el guión original de El discreto encanto de la burguesía, estoy seguro de que responderá que fue el guión basado en la novela de Kundera.

Un guión se escribe varias veces. Eso, por cierto, es común en la creación de textos literarios en general, principalmente en el caso de la poesía. (Un poema nunca termina de escribirse, se abandona, como dijo Valéry, lo cual también es cierto para los textos literarios.) Consta que Platón escribió la primera frase de La república cincuenta veces. Flaubert se pasó treinta años escribiendo La tentación de San Antonio. Melville escribió decenas de veces la frase inicial de Moby Dick: “Call me Ishmael”. Podría citar decenas de ejemplos de esta furia correctora, en los diversos gé¬neros literarios, pero toda cita excesiva de nombres, incluso en los textos académicos, es una monserga.

Con los guiones cinematográficos ocurre lo mismo. La diferencia es que, además del autor del guión, otras personas participan en la revisión, casi siempre el director de la película —especialmente aquí en nuestro país— y también el productor. Esto me sucedió cuando trabajé, entre otros, con los Tambellini (padre e hijo, en épocas diferentes), con Suzana Amaral, Walter Salles, Miguel Faria y, recientemente, con José Henrique Fonseca.
¿Qué queremos todos los involucrados en ese proceso? Los más pretenciosos (y todo aquel que quiere crear algo debe ser “pretencioso”, debe buscar su nivel de excelencia) quieren realizar una obra de arte. Wagner, cuando compuso sus óperas, buscaba alcanzar aquello que denominaba Gesamtkunstwerk, la obra de arte completa, la cual incluiría música, poesía, drama, pintura, arquitectura y danza. Era el siglo XIX y si había algún arte que podía megalomaniacamente tener esas aspiraciones, ese arte era la ópera.

A final de cuentas, ¿qué es el cine, hoy? Se le conoce como “El séptimo arte”, lo cual es correcto, aunque todavía no podemos llamarlo Gesamtkunstwerk, obra de arte completa. El cine es, por el momento, un arte híbrido. Y el problema principal es que la película después de un tiempo queda “fechada”: una buena película antigua no se disfruta con la misma admiración con que se disfrutan otras buenas obras de arte. Se puede escuchar a Mozart, o releer Don Quijote, o contemplar la Capilla Sixtina con el mismo placer de la primera vez. Una película antigua, con algunas raras excepciones, se puede ver apenas como curiosidad histórica. (Hay casos de sofisticados cinéfilos a quienes les gusta volver a ver películas antiguas, en las que descubren novedades.) Me parece que esa datación que sufre el cine es el problema que exige que el séptimo arte, o “The industry”, como los americanos lo definen, sea un objeto de consumo renovado incesantemente.

Para finalizar este artículo, que ya se extendió demasiado, quiero abordar la adaptación cinematográfica de obras literarias.

Antes que nada, debo decir que escribir para el cine es diferente de todas las otras formas de expresión escrita. Los elementos visuales son tan importantes como las descripciones y los diálogos. Dado que la inversión es muy grande, al productor le tiene que gustar el guión. Y, como dije antes, el director también interfiere y el guión siempre pasa por diferentes tratamientos, que toman en cuenta un montón de aspectos. Uno de ellos, tal vez el más importante, es la aprobación del público. El escritor de ficción no tiene que preocuparse por eso. No obstante, sin la imaginación de los guionistas, nunca se cuentan buenas historias en el cine. El cineasta y teórico ruso Lev Vladimirovich Kulechov, que introdujo el arte del montaje, afirma en su libro El arte del cine que el cine es básicamente argumento y montaje, o sea, las dos figuras más importantes de la película son el guionista y el editor. Estoy de acuerdo con él en cuanto a la importancia fundamental del guionista, pero creo que la figura del director es aún más importante.

Reconozco que el cine es, como dice la propaganda, “la mayor diversión”, que el cine es el séptimo arte. Aunque no sea la obra de arte total, es un arte que usa a las demás artes como soporte, de la mejor manera posible.

Sin embargo, sólo como provocación, hago la siguiente pregunta: ¿Qué es más importante como arte, la palabra escrita —la poesía, la ficción, el teatro— o el cine? ¿Cuál de los dos puede alcanzar un nivel de excelencia más elevado?

¿Qué tal si, sólo como ejercicio, comparamos las ventajas de la literatura y las del cine?

Ventajas de la literatura

1. Polisemia y participación creativa. David Neves, cuando decidió filmar mi historia “Lúcia McCartney”, me dijo que tenía a la Lúcia “perfecta, exactamente como la describes en el libro”, y me invitó a comer. La Lúcia, “exactamente como yo la describía en el libro”, según David, era Adriana Prieto, una mujer joven de cabello rubio, ojos azules, labios delgados, y un rostro bonito que recordaba a las actrices europeas nórdicas. “¿No es igualita?”, me preguntó David. Evité responderle. En realidad yo no describo a Lúcia en mi historia, puede ser blanca, mulata, negra, delgada o gorda. Porque ésa es la gran riqueza de la literatura, la participación del lector, que llena las lagunas que el autor deja, del lector que usa su imaginación rereando la historia que leyó, reinventando a los personajes. El cine no lo permite. Lúcia era, axiomáticamente, una linda y elegante mujer rubia de ojos azules. El espectador no necesitaba (ni podía) usar su imaginación. El lector comparte el libro no sólo estética y emocionalmente: tiene una participación creativa. Siempre “reescribe” el libro a su manera.

2. Permanencia. Vean qué tipo de reacción despiertan las películas clásicas, Griffith y otros. Quedan “fechadas”.

3. La película necesita de la palabra escrita; hasta el cine mudo la necesitaba. ¿Recuerdan a Kulechov: argumento y montaje?

4. La literatura es tan importante que los directores del mainstream, como Scorsese, Spielberg y otros, aconsejan a los directores que lean, porque consideran que la lectura es importante para el trabajo que realizan. Ningún escritor aconseja a otros escritores que vayan al cine, por ser importante para el trabajo que hacen. Hay una frase interesante del escritor Gore Vidal, quien, además de ser un novelista famoso, escribió varios guiones. Vidal afirma: “El cine es guión. Una cosa es cierta: el guión es fundamental para la película. Así como para el cuerpo humano una buena y simétrica estructura ósea es lo que le va a permitir al cuerpo ser bonito y atractivo, en el cine esa tarea le corresponde al guión”. El cine es argumento y montaje, estoy repitiendo a Kulechov. Chaplin usaba menos de diez por ciento de lo que filmaba. El resto era cortado en la sala de edición.

Ventaja del cine
Tiene que haber una razón para la popularidad del cine.

A excepción de algunos pocos ensayistas franceses cascarrabias, no recuerdo a ningún escritor, músico, o pintor a quien no le guste el cine. A todo mundo le gusta el cine. Tal vez porque, aunque hasta ahora ha fallado en el intento de convertirse en la Gesamtkunstwerk wagneriana, el cine es el arte que más se acerca a ese ideal, y tal vez un día deje de ser un arte sólo híbrido para transformarse en un arte completo.

Por: R. Fonseca, galardonado en 2003 con el Premio de Literatura Juan Rulfo, es uno de los autores latinoamericanos más importantes en la actualidad; algunas de sus obras son: Los prisioneros, El caso Morel, El gran arte, El salvaje de la ópera, El enfermo Molière, Mandrake, la Biblia y el bastón, entre otros. Este artículo fue publicado por el diario mexicano Milenio.

Via: abcguionistas

24 nov 2008

La guionista Diablo Cody ofreció una clase magistral

Hacer el guión para una película es muy fácil. Es sólo un esqueleto; sólo son conversaciones sobre las cuales uno tiene control. Es sólo un reto de concentración. Es como cuando se cuenta algo: Érase una vez… un principio y un final; cualquiera puede hacerlo. Al menos eso es lo que cree Brook Busey, mejor conocida como Diablo Cody, quien a principios de este año ganó un premio Óscar por mejor guión original de la cinta Juno, así como un Bafta (de la academia británica).

“Creo que cualquiera puede hacerlo, sólo hay que poner atención en la estructura de las películas. Ver muchas. Nunca estudié para escribir guiones, sólo vi cine. Aunque siempre fui contadora de cuentos, desde que era una niñita. Cuando crecí leía mucha poesía y cuentos, y comencé a escribir, pero nunca imaginé que haría el guión de una película.

“Ahora puedo escribir cualquier cosa. Por ejemplo, en lo personal se me hace más difícil ser periodista”, quien nació en un barrio de los suburbios de Chicago, y que durante un tiempo se ganó la vida como bailarina exótica.

Bailarina o escritora

Es un personaje interesante, mas no por todos los tatuajes de su cuerpo. Cuando se ingresa en su blog de Internet, se descubre que sus aficiones son andar en bicicleta, tener perros chihuahueños, el sexo, el porno “la gente me pregunta por qué me gusta tanto una comedia como una cinta porno; creo que todo es emocional, hasta salir a pasear en bicicleta”, dice.

Asegura que fue bailarina por casi cinco años para “sobrevivir, para conseguir posteriormente lo que quería. Simplemente un día decidí que ya no quería bailar, que lo mío era la pluma y el papel. En un momento de reflexión pensé: bailarina o escritora. De lo primero ganaba bien, pero ya estaba aburrida”.

Parece que el aburrimiento le ayuda a desarrollar su escritura, pues mientras se rodaba Juno escribió el guión de un drama de horror llamado Jennifer’s Body, sobre una adolescente caníbal, cinta que se estrenará en 2009. Además escribió el texto para una serie de televisión de Dreamworks, dirigida por Steven Spielberg: Los Estados Unidos de Tara, sobre “una idea de Steven, quien me invitó a hacer algo sobre una mujer con múltiples personalidades. Cada vez que se despierta es una persona diferente. Sus hijos están hartos de esa patología, de esa rara enfermedad mental”.

Ahora escribe para otro largometraje, también de Spielberg, sobre una historia que sucede en Hollywood.

Hoy día vive en Hollywood. ¿Qué odia y qué ama de ese lugar?

Algo que odio más que nada es que la industria es una maquinaria corporativa que te puede convertir en pecador. En ese lugar la creatividad no es lo más importante, no es el valor que más sobresale. Pero hay algo que puedes amar, como el hecho de que aunque provengas de Medio Oriente o Chicago, tienes la misma oportunidad de salir adelante. Es la ciudad de los sueños. Cualquiera puede hacer lo que se proponga.

¿Pero también es una vida muy plástica?

–Sin duda es una vida sintética, pero sólo si te dejas envolver.

“Para mí ha sido muy cómodo vivir ahí. De hecho yo lo he sentido como un regalo, como una oportunidad de hacer algo que quiero, nunca una cinta como Titanic, pero es bueno tener la oportunidad de crecer.

El galardón no te da fama

¿No extraña su vida tranquila de Chicago?

–Claro, mucho. Por ejemplo, en Los Ángeles la gente no camina en las calles, algo común en mi barrio. Sólo suben a sus carros, van de compras y regresan a su casa. No hay cultura de la comunidad. Eso es lo que extraño, pero acá he encontrado a amigos que son ahora como mi familia.

Dice Diablo Cody que no por ganar un Óscar eres famoso. “Yo no lo soy; los guionistas no se caracterizan por serlo, no son estrellas o directores, y pueden caminar por la calle como si nada. De hecho odiaría convertirme en alguien famoso, porque al final serás un prisionero. Es mejor solamente expresar tus ideas a través de un periódico, de la televisión o del cine.

David Shore, guionista de "House" habló con estudiantes chilenos

Una videoconferencia con el productor y guionista de la exitosa serie norteamericana "House", David Shore, se realizó ayer en la Universidad Uniacc, informa El Mercurio. Shore es un afamado escritor canadiense de series de televisión. En su carrera destaca un premio Emmy en el año 2005 por el guión de la serie “House” de la cual es además el Creador, Guionista y Productor Ejecutivo. Acumula diversas nominaciones a premios Emmy por esta producción y también por la reconocida serie de TV “Ley & Orden”.

Sin embargo, hizo un espacio en su agitada agenda, para mantener una conversación dinámica y sincera sobre los interesados en su carrera, su profesión y el trabajo de guionistas en televisión norteamericana. Shore respondió cada una de las preguntas de los jóvenes asistentes, analizando detalle a detalle, la serie a la cual de da vida.

Respecto a la creación del personaje principal de la serie representado por el actor Hugh Laurie, el guionista comentó que “estaba buscando un antihéroe, alguien que fuera doctor pero no por que quisiera salvar vidas. Me tomó meses crear este médico. De hecho fue esencial que tuviera una cojera y que sea guapo, para que sea aceptado, porque él dice cosas malas, pero no es malo con la gente. De hecho no es malo por ser malo. Hay muchas razones detrás de su forma de ser . Por eso al principio me empecé a preguntar si lo que había creado, podía ser interpretado”.
"House" es una serie de televisión estadounidense (estrenada en el año 2004), que gira alrededor de la vida del Dr. Gregory House, un médico ególatra, huraño y brillante que trabaja en el departamento de diagnóstico del ficticio Hospital Universitario Princeton-Plainsboro de Nueva Jersey, y que es capaz de experimentar en su propio cuerpo y poner en juego su vida con tal de resolver los casos de sus pacientes.

Por otra parte y refiriéndose a la forma en que se crean los guiones, Shore confiesa que “somos un equipo de 12 guionistas, yo soy el jefe de todos ellos, que me presentan sus ideas y las vamos desarrollando, etc. Y dentro de ese equipo también hay tres médicos que acompañan a los guionistas en la parte especifica que tiene que ver con las enfermedades y las cosas específicas de la profesión”.

Respecto al trabajo de guionista en televisión y la presión que implica mantener la audiencia, el creador de Dr. House dice que “la presión es algo que nos agota. Es difícil tener un guión listo cada cierto tiempo, y además sorprender. Yo no sé como lo hacemos, pero lo logramos. Es muy difícil escribir para la tele, pero a mi me gusta, y para mi es un trabajo superior, porque hay una interacción real de las personas sobre lo que uno escribe”.

Finalmente y luego de una hora y cuarto de amena conversación, el profesional se despidió del público presente en el auditorio de UNIACC, recalcando entre otras cosa y como respuesta a la pregunta de qué pasaría si Hugh Laurie renunciara a la serie, que “yo creo que deberíamos contratarle un seguro de vida. Sin él no hay show. En todo caso el no puede salirse porque tiene un contrato con nosotros por un par de años más” (risas generales).

Via: abcguionistas

17 nov 2008

Andrew Davidson triunfa con su primera novela "La gárgola"

Triunfar con una primera novela no es fácil, pero el canadiense Andrew Davidson lo ha conseguido con "La gárgola", una obra que ha sido contratada ya en 25 países y en la que el autor demuestra "el poder del amor para cambiar una vida y sobreponerse a la muerte".


Andrew Davidson, de 39 años, presentaba hoy su libro ante un grupo de periodistas y explicaba que ha invertido "unos siete u ocho años" en desarrollar la trama de esta novela, que combina el sufrimiento de un hombre del siglo XXI, convertido casi en un monstruo tras un accidente de tráfico, con apasionantes historias de amor situadas en la Edad Media.

Los derechos de "La gárgola", publicada en España por Seix Barral, fueron adquiridos por la editorial estadounidense Doubleday por 1,3 millones de dólares, y algo debió influir en esa cifra récord la original fórmula que Davidson empleó para hacerle llegar su voluminoso manuscrito (la primera versión superaba las 800 páginas) al agente literario.

Este escritor, que comenzó a concebir su novela en Japón, donde vivió cinco años, viene "de la nada" y todo lo ha conseguido "a base de trabajo duro y buena suerte", afirmaba hoy.
Cuando vio que tenía una buena historia entre manos, decidió empezar por el agente literario "más importante". El manuscrito iba acompañado por una carta en la que Davidson le daba "diez razones para no contratar" su libro, entre ellas que "era muy largo, que no se sabía bien a qué género pertenecía" y que no era fácilmente adaptable al cine.
Al agente le convenció la novela desde el principio, pero le recomendó a Davidson que la acortara. El autor dedicó "diez meses" a esa tarea y dejó el libro en 500 páginas. Se publicó en 2007, y desde entonces "se ha vendido en 25 países, incluido Estados Unidos", decía hoy orgulloso.

En realidad, Davidson ha estado preparándose "toda la vida" para escribir "La gárgola", y cree que sus intentos anteriores de probar suerte en la poesía, el teatro o el guión de cine fueron sólo "puro aprendizaje".

"La novela está protagonizada por un joven y atractivo productor, ex actor de cine porno y aficionado a las drogas, que sufre graves quemaduras tras un accidente de tráfico".

A Davidson le interesaba reflexionar sobre "el lado monstruoso" del ser humano, y la vida del protagonista, la de antes y después del accidente, le da pie a ello.

Con su cuerpo destrozado, el joven sólo piensa en el suicidio, pero las reiteradas visitas de una paciente de psiquiatría, que asegura haberlo conocido y amado en el siglo XIV, le devuelven las ganas de vivir. La joven se llama Marianne Engel y fue escultora de gárgolas.

"El amor puede salvar una vida", decía Davidson, cuya madre es islandesa y eso le ha animado a explorar su "pasado vikingo" en la novela.

Curiosamente, "La gárgola" ha sido comparada con novelas como "El nombre de la rosa", "La sombra del viento" o "El paciente inglés", pero el escritor canadiense asegura que no las ha leído.
Como señalaba hoy, entre sus autores "favoritos" figuran el ruso Vladimir Nabokov, el británico Thomas Hardy y el estadounidense Tom Robbins, pero ha leído "a muchos escritores" en su vida y supone que algo le debe a todos ellos.

Davidson no tiene de momento ofertas para llevar al cine su novela, si bien cree que "es posible" hacerlo. "Durante veinte años dijeron que 'El perfume', de Patrick Süskind, era imposible de adaptar a la gran pantalla, y, sin embargo, se hizo la película", afirmó el escritor.

Por: Ana Mendoza

RECURSOS PARA ESCRITORES Y GUIONISTAS

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