Vender o comprar un guión para tv o cine

Crear una historia, imaginar sus personajes, entrelazarlos, darles vida y muerte, amor, ilusiones, generar una trama y un final, son hechos definitivamente artísticos y uno quisiera mantener la palabra “negocio” y la palabra “comercio” lo más alejadas posible. Pero no es posible. Sobre todo si uno crea para la televisión o el cine comerciales.



¿Todo debe ser tratado como un producto, entonces? ¿Todo debe surgir de una investigación entre consumidores, fruto de un plan de marketing o consecuencia de imposiciones del medio y los anunciantes?

Ni tanto ni tan poco. La necesidad de rédito comercial no debe opacar ni obstruir la creación en sí, aunque a veces se lo intente sin querer o a veces se presente como un obstáculo impuesto.

La realidad es que nada puede contra una idea fresca y genuina. No diré “original” pues es sabido que los temas suelen repetirse y los centrales no son tantos. Lo novedoso es cómo presentarlos, qué vuelta diferente se encuentra para volver a tratar una vez más “la vida, la muerte, el amor, la traición, la eterna lucha de buenos y malos”.

Para ir entrando en tema, digamos que como en las buenas historias, la creación no siempre es la buena y los negocios no siempre son los malos.

Pero para que creación y negocio no traben uno al otro, me permito sugerir algunos caminos nacidos de mi experiencia tanto como Director de Programación como también como Consultor Internacional, estando en contacto con gente que crea y que programa en distintos países.




» RECONOCER UNA BUENA IDEA

En la práctica no conozco un solo buen negocio televisivo que no esté basado en una buena idea. O sea que este romance es posible. Existe.
La pregunta entonces podría ser: ¿Cómo identificar una buena idea?
Las respuestas según mi criterio van en 2 etapas. La primera puede resumirse en una serie de puntos básicos que como verán sólo tienen que ver con la comunicación y sus reglas más simples. Algunas pueden parecer relacionadas sólo con el negocio, pero no es así. Siempre apuntan a lograr una buena idea. Eso sí... No cualquier idea.

:: Primera etapa

1- ¿A qué público nos vamos a dirigir? ¿Hombres, mujeres, la familia entera, niños, adolescentes?

2- ¿En qué horario se supone que saldremos al aire?

3- ¿Hay un elenco predeterminado? De ser así ¿Quiénes son?

4- ¿Hay un presupuesto? ¿Qué nos permite hacer?

5- ¿Se aspira a que este programa sea sólo local o se pretende exportarlo?

6- ¿Qué duración y frecuencia debe tener? ¿Unitario de media o una hora? ¿O es una novela? Y, en tal caso, ¿A cuántos capítulos se aspira?

7- ¿Hay un género predeterminado? ¿Comedia, romance, drama?

La creación de la idea

Como se verá, el sólo hecho de contestar las preguntas de la primera etapa, achica mucho las posibilidades de error y centran a quienes van a crear la idea en un marco más preciso.

Esta primera etapa vale tanto si se trata de una idea encargada por un canal o una productora, como si se tratara de una elección libre por parte del autor o autores que luego saldrán a ofrecerla. Cualquier posible comprador querrá saber con qué objetivo de público y tipo de producción fue pensada. Y si esto no es claro lo advertirá enseguida.

Contestadas las preguntas de la primera etapa, mi recomendación es “olvidarse” de ellas. En realidad, estas respuestas operarán en la mente del creador desde un segundo plano, advirtiendo inconscientemente si uno se está alejando del camino.
Llegado este punto, simplemente hay que dedicarse a tirar ideas, generar historias, personajes y soñar lo más libremente posible.
Este proceso en la actualidad suele darse en grupo, con un Jefe Coordinador y un equipo de guionistas. Otras veces sólo lo realiza un par de autores, pero muy raramente se gesta en soledad. Es una etapa de brainstorming que periódicamente hay que ordenar hasta conformar una idea base y su desarrollo.
Finalmente, se tendrá la base de una historia, de un programa y aquí es donde comenzará la segunda etapa de preguntas que opera como una especie de control de calidad.




:: La segunda etapa

1.- ¿La idea central puede resumirse en no más de 1 minuto de exposición?

Esta prueba es básica y revela si la idea es clara, comprensible y atrapante.
Hagan la prueba con cualquier creación exitosa y verán que funciona.
Si se necesita más de un minuto para explicarla, algo está fallando.
Si el título oficia de resumen de lo que será la trama, mejor aún. Dos buenos ejemplos pueden ser “Betty, la fea”, “Los Simuladores” ó “Los Machos, no tan machos”.

2.- ¿Para cuántos capítulos me dan esta historia base y estos personajes ?

Se trate de una novela o de un unitario, puede ser que la idea sea muy fuerte pero que no admita mayor desarrollo posterior. Cuántas vueltas de tuerca antes del final permite la historia es algo muy importante de saber. Lo mismo con respecto a la cantidad de personajes y si pueden integrarse otros a medida que la historia avance.

3.- Por último, ya con la idea en la mano, repasar si esta cumple con las respuestas que dimos en la primera etapa.

Quizás no lo haga con todas pero aún cuando la idea sea muy buena, debería cumplir con la mayoría.

» PRESENTAR LA IDEA

Cumplidas las anteriores etapas, llegará el momento de presentar la idea. Más allá de la simpatía o capacidad vendedora que tenga quien lo haga, hay algunos requisitos que hay que tener a mano para demostrar la solidez y factibilidad del guión que llevamos bajo el brazo. Estos son puntos que más temprano que tarde, pedirá un Director de Programación o uno de Producción.

1.- Sinopsis de la historia. No más de 2 carillas. Si la idea es aprobada pueden pedir una más larga; pero en esta etapa cuanto más breve mejor.

2.- Descripción de personajes. También breve y dejando claros los roles: Protagonistas, buenos, malos, coantagonistas, laterales, etc.

3.- Mapa de relaciones entre los personajes.

4.- Tres primeros capítulos escritos para ver cómo se desempeñan los personajes. Si la idea avanza, se pedirán más y escaletas de cómo sigue la historia.

De aquí en más, si la idea es aceptada, comenzará la etapa de desarrollo y producción pero... Esa es otra historia.
Una historia que puede ser distinta según los países. En Argentina, por ejemplo, se empieza a grabar sin la historia terminada aún cuando la sinopsis establezca un final. Muchas veces, hay cambios drásticos en el camino y no se trabaja con demasiados capítulos adelantados.
En países con más tradición novelera, como en Colombia, la gente de RCN puede comenzar a grabar con la historia ya escrita por completo y hasta 50 capítulos grabados antes de salir al aire.
Ambos sistemas tienen sus pros y sus contras pero conviene saberlo si se aspira a que nuestros guiones recorran caminos internacionales.

¿ESTOS PASOS ASEGURAN EL ÉXITO?

Por supuesto que no. En televisión y diría que en el espectáculo en general, el éxito nunca es algo seguro y a veces surge en los lugares menos esperados.
Pero también es cierto que se pueden acotar los fracasos siendo lo más profesionales posibles en el camino de la creación para una televisión comercial.
Todo lo aquí mencionado surge de experiencias reales en canales y productoras.
Por último y dado que todos perseguimos el éxito, vale saber que la gran mayoría de los productos que hacen impacto en la audiencia tienen un componente de innovación que rompe con alguna regla anterior establecida : Sea por el tratamiento de un tema (El Clon), por un personaje protagonista atípico (Betty ,la Fea), por descubrir alguna temática poco usada últimamente ( Los Roldán), por mezclar géneros como romance e intriga (Montecristo) o encontrar un nuevo tratamiento dentro de una temática conocida (Montaña Rusa).
Mientras la historia sea clara y la gente la comprenda no hay que temer intentar nuevos caminos. Al fin y al cabo, todos conocíamos el final de TITANIC y fue la película más taquillera de la historia. Y también conocemos los finales de MUJERES ASESINAS, sin embargo también es un éxito.
¿O acaso no sabemos también cómo terminarán la mayoría de las novelas?
Es bueno saber que en televisión, quizás más que en el cine o en el teatro, muchas veces más importante que el final es el camino que recorremos hacia él.

AUTOR: Hugo Di Guglielmo es Consultor Internacional de Medios